El poder de los sondeos, los cálculos del marketing político, el trampolín del conflicto catalán y la fabulación de un Borgen que nunca terminaba de llegar, le impidieron ver la realidad. Sus atajos le conducían al precipicio.
Necesitamos tener en cuenta el binomio titular e imagen en el entorno de las redes sociales y cómo no podemos fiar al contenido de la pieza toda la responsabilidad de la misma, pues muchas veces el lector podría ni siquiera llegar al mismo. Esto último va más allá de un problema para el periodismo