Decálogo
Decálogo

1) Alégrate de los escritores y escritoras a los que les vaya bien. No solo producen obras de calidad, sino que atraen la atención de los medios, libreros y agentes culturales al entorno cercano.

Demuestran que es posible escribir textos interesantes, pero además emparentan tu generación con cualquier otra. Piénsalo, sus conquistas son también un poco tuyas. Alegrarse de la felicidad ajena es, además, muy sano para la salud mental. Y no hay nadie más patético que aquel incapaz de demostrar empatía, o quien piensa que el mundo conspira en su contra.

2) Lee a tu coetáneos. Es sencillo, leer otras obras te ayudará a entender mejor el mundo en el que vives y a conocer cómo es percibido por otras personas. Tu voz, además, se hará más particular y única si sabes en qué se diferencia de otras voces. No tiene sentido aislarse en una burbuja, hay mucho talento ahí afuera del que nutrirse. Algún día, puede que algunas de esas voces se conviertan en uno de esos clásicos que tanto admiras.

3) En el mundo editorial hay hueco para todas las buenas propuestas. Incluso para muchas mediocres o directamente malas. España es un país con cientos de editoriales. Intenta conocer sus catálogos y envía tu manuscrito a aquellas donde tu historia tenga cabida. No envíes el texto indiscriminadamente, es una falta de respeto. Por último, la competencia entre escritores no existe, nos lo han inoculado gente que lo que menos le interesa es la literatura. Aunque a veces no lo parezca, la mayoría de escritores y escritoras son personas que están deseando tener colegas con los que intercambiar opiniones y compartir vivencias.

4) Las redes sociales son un espacio para compartir conocimiento y proyectos. Esto no solo vale para la escritura, sino para todos los proyectos que circulan a tu alrededor. Curiosea y conoce lo que se cuece. Mueve los que más te gusten por la red, haces un favor a la otra parte y cuesta bien poco. Sin embargo, verter odio, críticas destructivas y envidia insana, en el 99,9% de las ocasiones, es una pérdida de tiempo.

5) Sé todo lo educado que puedas con los diferentes actores culturales. Lectores, críticos, periodistas, correctores… el mundo cultural vive una crisis sempiterna -no solo los escritores- y suficiente tienen los que permanecen en las trincheras culturales, como para recibir exigencias o desprecio. Respeta y valora el trabajo de los demás.

6) Siento decirlo, pero no eres Cervantes. Por muy genial que te parezca tu texto, siempre puede mejorar. Aléjate un poco del mismo, desenamórate y acepta las propuestas de mejora. La gran mayoría de textos que pasan por editor terminan siendo mejores textos. La mayoría de críticas que recibirás de tu entorno inmediato tendrán un sentido constructivo. No te rodees de aduladores, son un cáncer para la literatura, sino de grandes lectores. Del mismo modo, ninguna opinión es definitiva, no desfallezcas porque a alguien no le guste tu texto. El Gran Gatsby, La metamorfosis, el Ulises o Moby Dick fueron rechazadas en su momento. Y mira.

7) Los rechazos editoriales, las críticas brutales y la invisibilidad mediática es parte del juego y cuando antes lo asumas, mejor. Es una alquimia de casualidades esto de que un libro salte al primer plano mediático. Y a menudo, depende de casualidades que no tienen nada que ver con la literatura, sino con muchos otros factores. Cuanto antes interiorices que no es sencillo este mundo, mejor para tu salud mental. Levántate de los contratiempos y sigue dándole a la tecla. Al fin y al cabo, ¿qué otra cosa sabes hacer mejor?

8) Escribir es tu oficio, no te avergüences de ello. La mejor manera de respetarlo es reivindicarlo. Me he llevado demasiados años disfrazado de cosas que no soy. Ahora, a la vejez, viruelas. Me he dado cuenta que no tiene sentido negar lo que eres. Escribir es una forma de vivir, tan válida y respetable como cualquier otra. Si alguien no lo respeta o lo minusvalora, el problema es suyo.

9) Mezcla la literatura con el resto de artes. Estamos en una realidad líquida. Que tu escritura conozca el cine, el teatro, la música o los videojuegos, solo puede ser enriquecedor. La mejor manera que formen parte de tu obra, es que formen parte de tu vida. No te cierres puertas y ventanas.

10) Ningún decálogo dice la verdad, y este menos. Lo cierto es que hay tantas maneras de vivir la literatura como personas, y tantas reglas sagradas que no caben en un libro. No hay credos definitivos (tampoco el de Bolaño), pero a algunos nos sirven para debatir sobre este mundo ingrato y al tiempo apasionante, que es la literatura.

Bonus track. Ni siquiera la literatura vale tanto la pena. No te amargues si este asunto no sale hacia delante. Sigue escribiendo y disfruta del proceso creativo. Lo demás es solo industria, pero el acto puro de escribir no te lo quita nadie. Algunos de los grandes momentos que vivirás será delante del papel en blanco. Pero lo mejor de la vida, por otro lado, está en los amigos, la familia, comer, dormir, hacer el amor, beber Voll Damm y dos o tres cosas más a tu elección.

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