Maestro Carlos Perales

Qué verdad que nadie es imprescindible. No obstante, a veces a los pilares de la vida se le desprenden ciertos sillares que sólo cuando faltan eres consciente de lo que has crecido gracias a ellos.

El socialista Carlos Perales en un evento en la Casa del Pueblo el pasado mes de mayo.
El socialista Carlos Perales en un evento en la Casa del Pueblo el pasado mes de mayo.

Qué verdad que nadie es imprescindible. No obstante, a veces a los pilares de la vida se le desprenden ciertos sillares que sólo cuando faltan eres consciente de lo que has crecido gracias a ellos. Y ese, querido lector, es el caso del socialista Carlos Perales Pizarro, el cual, sin avisar, se ha marchado. El que fuera maestro de profesión en el antiguo Hospicio -después Valcárcel, nombre de nefasto recuerdo para los memorialistas-, continuó su carrera profesional  al cerrar dicho centro en las oficinas de la Diputación Provincial de Cádiz. Y si bien podía haber escogido el fácil camino de la burócrata mesa y el ordenador, se arremangó hasta mancharse en algo que desde finales del siglo XX iba tomando forma y fuerza: la Recuperación de la Memoria Histórica.

En una provincia, como la de Cádiz, donde los estudios sobre la misma llevaban un curioso retraso -preguntad por la historia del isleño José Casado y su publicación sobre el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y la represión en San Fernando-; o donde muchas familias todavía tienen pavor en contar sus historias y reclamar lo que les pertenece por derecho propio, es decir que el Estado les devuelva los restos de sus seres queridos de cualquier cuneta; el maestro Perales se alzó en una lucha por la Memoria que ha llegado hasta sus últimos momentos.

Que nadie me malinterprete. Hay otros muchos nombres, asociaciones, que trabajaron y siguen haciéndolo cada día, claro que sí. Pero con él ha habido un antes y un después. A pesar de su aparente timidez y excesiva humildad consiguió en poco tiempo -e incluso en situaciones políticas adversas-, que nuestra provincia fuera un ejemplo a seguir en materia memorialística, ¡que pregunten a otras diputaciones y ayuntamientos cuál es el espejo donde mirarse hasta donde hace poco las políticas de Memoria estaban en un cajón!

A pesar de su aparente timidez y excesiva humildad consiguió en poco tiempo -e incluso en situaciones políticas adversas-, que nuestra provincia fuera un ejemplo a seguir en materia memorialística

Desde hace años -con la interrupción de los cuatro años de gobierno provincial del PP-, se han exhumado fosas, se han celebrado jornadas y congresos, se han publicado libros con los resultados de las investigaciones sobre la historia de municipios de los que no se sabía nada sobre lo ocurrido a raíz del 18 de julio de 1936, se han invitado a personalidades de la talla de Reyes Mate o Marcos Ana, y así un largo etc., que necesitaría varios artículos como éste.

No recuerdo la primera vez que coincidí con él. Pero sí alguno de los primeros actos donde también estuvo, entre otros, Cecilio Gordillo que se había desplazado desde Sevilla en representación del Grupo de Trabajo Social de CGT -ya veis, y Perales del PSOE... cuando querer es poder...-; Cecilio nos "arengó" en el patio de la Diputación mientras presentaba el proyecto Todoslosnombres.org que a día de hoy sigue siendo esencial para la Memoria.

Perales no solo puso a la Administración al servicio de la Memoria -hecho que en un país demócrata no tendría nada de llamativo-, sino que supo aglutinar a nuevas generaciones de profesionales en torno a esta materia. Desde historiadores hasta arqueólogos, pasando por profesionales del Derecho, la Antropología e incluso la propia Administración. Yo he visto con estos ojos como personas ajenas al tema -hecho que repito, no debería verse como una "rara avis" en un país normalizado-, comenzar a trabajar en el Servicio de Memoria que él dirigía y tras pasar dicha etapa ser profesionales totalmente convencidos de la lucha que debemos seguir emprendiendo, cada cual en su situación, por la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas de la dictadura.

Maestro Carlos, ¡cuán orgulloso debe estar tu tío, el anarcosindicalista Juan Perales León -que sufrió en sus carnes el campo de concentración de Albatera en aquél último reducto de libertad frente a las tropas franquistas-, de tu legado! Descansa ahora tranquilo que tus discípulos tomamos el testigo, ¡arriba siempre los corazones, maestro!

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