Es extraño que el PSOE deje caer que Ganemos quiera proponer a alguien de su confianza como Defensor de la Ciudadanía.
Es extraño que el PSOE deje caer que Ganemos quiera proponer a alguien de su confianza como Defensor de la Ciudadanía cuando la agrupación de electores recuerda la lentitud con la que se está desarrollando el proceso de elección. El cronista ignora si Ganemos tiene un nombre ya en la primera página de la agenda, puede que ni siquiera sea así, pero de serlo parece de Perogrullo, a ver, parece lógico que Ganemos no vaya a proponer o tener la cabeza puesta en alguien que goce de la plena confianza del PP, por citar a un partido antagonista… Todos los grupos municipales deben implicarse en el nombramiento del Defensor, así es, pero parece lógico —y lícito— que haya preferencias entre los partidos.
Desde el grupo socialista se reconoce que la elección —más bien la cobertura legal del proceso encaminado a la — está siendo, por distintas razones, tirando a lenta, tanto que la mitad de mandato se acerca sin que haya nombramiento ni atisbo a corto plazo de que ese hecho se vaya a producir. Es comprensible que desde las filas socialistas se apele a una próxima reunión de la comisión de trabajo para seguir avanzando en este proceso para ir sumando metas que concluyan en el esperado nombramiento, pero también lo es que su tempo no tiene por qué coincidir con el de otros grupos municipales en su estrategia política y, por supuesto, en los nombres que vayan surgiendo y que habrá que ir cribando para obtener el necesario consenso que lleva consigo un nombramiento de estas características, sin duda necesario por lo que aporta de garante de los derechos de la ciudadanía ante la Administración local y opinión independiente —en cuanto a funcionamiento— sobre las distintas cuestiones del ámbito municipal.
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