Imagen de archivo del embalse de Guadalcacín prácticamente vacío.
Imagen de archivo del embalse de Guadalcacín prácticamente vacío. MANU GARCÍA

Acorde con sus muchas aristas, la ficción climática se enfrenta con valentía a muchas de las consecuencias tremendas que el cambio climático, de no poder ralentizarlo (ya parece difícil pararlo), va a tener sobre el planeta y sobre las vidas. Y también la ficción climática es capaz de enredarse en los escenarios actuales que van provocando de forma lenta, a veces sin que se perciba, los cambios que nos abocan a mundos, si se quiere apocalípticos o cercanos, en los que el cambio climático se ha expresado con toda su contundencia y rigor.

Uno de los panoramas que los científicos dibujan con más insistencia sobre las consecuencias del cambio climático se refiere a la crisis de los recursos hídricos. No es una ficción: Si hoy se sigue considerando que la lucha por el control de algunos combustibles fósiles es el que está en el origen de muchos de los conflictos actuales, lo cierto es que muchos expertos de la ONU se refieren a las crisis derivadas del control del acceso al agua como una de las principales causas de conflicto.

La literatura de ficción climática no se corta. Como dice la novelista y ecologista canadiense Nina Monteanu "La ciencia ficción explora nuestra crisis del agua a través de premisas de extrema escasez y violencia devastadora (inundaciones, sequías y tormentas), trasvase de agua y acaparamiento. Las premisas exploran la manipulación del clima, las consecuencias de la deforestación extensiva y la extinción masiva de especies".

Hemos llegado al abuso extremo del uso del agua. De forma que los ciclos del agua se agotan. Es nuestro talón de Aquiles, del que mayormente no somos conscientes. Hay referenciadas 14.000 represas en todo el mundo, la mayoría y más grandes en el hemisferio norte. Entre todas ellas contienen 10.000 km cúbicos, cinco veces el agua de todos los ríos de la tierra

Pero la ciencia ficción no deja de señalarlos: La sequía extrema, la lucha por el agua, el acaparamiento del agua por parte de quienes tienen poder para ello, su uso para el control de las poblaciones es uno de los temas recurrentes en esta ciencia ficción climática.

Permitidme seleccionar tres novelas publicadas ya en España que me parecen significativas sobre justicia hídrica y cambio climático.

Un ecotriller verdaderamente espectacular es 'Cuchillo del agua' (2015) de Paolo Bacigalupi. Bacigalupi ya había abordado el cambio climático en otra impresionante novela a la que tendremos ocasión de referirnos aquí, 'La chica mecánica'. En los estados que forman el suroeste de EE.UU. como California, Nevada, Arizona o Nuevo México, el agua es un bien tan escaso y la sequía tan gigantesca que la gente hace cualquier cosa por conseguirla, hasta matar si hace falta

El escenario que nos dibuja Cuchillo del agua comienza hoy a ser una realidad, no una simple especulación. El único río que riega la zona, el Colorado, está absolutamente sobrexplotado y ya comienzan a surgir las voces que cuestionan la viabilidad al ritmo actual. Ciudades totalmente artificiales en lugares absurdos como las Vegas o Phoenix, que drenan el río y subsisten artificialmente como si los recursos fueran eternos. En un Phoenix agotado por la sequía extrema se desarrolla la historia de Bacigalupi.

Los cuatro estados cuasi independientes se enfrentan para controlar el agua, todopoderosas corporaciones mafiosas son las que poseen los derechos. Quienes tienen poder y dinero no tendrán problema para el acceso al agua. Los demás tendrán que mendigar un litro en las calles. Ángel es un cuchillo de agua, es decir, un sicario de una de las más grandes corporaciones, y su vida se entrecruza con Lucy, una comprometida periodista que trabaja en Phoenix y con María, una inmigrante tejana despreciada por la gente de Arizona.

Ese es otro tema muy presente en la novela, la migración climática de la gente de Texas que intentan llegar a California a través de Arizona. Los hoy chulescos tejanos, sufren todo tipo de violencia, explotación, violaciones, racismo, como hoy sucede con los mexicanos que intentan llegar a EE.UU. La recreación de los problemas climáticos y sociales y su interrelación es magnífica. 

Estoy con Eloi Puig cuando dice que la novela es un puñetazo en el vientre del estado más poderoso del mundo. Y Bacigalupi nos pone en primera fila para observar cómo sufren los zonales, como huyen los tejanos de las miradas de los que ya no se consideran compatriotas suyos, como la rica California maltrata a todo el mundo que hay detrás de su barrera de agua.

La otra ficción que quiero recomendar es 'Memoria del agua' (2012) de la periodista, guionista y autora finlandesa, Emmi Itäranta. Estamos en un futuro distópico dominado por China, en el que el cambio climático, que remodeló las costas por la subida del mar, ha provocado una extrema escasez de agua.

La opción de Itäranta no se centra en las causas que llevaron a ese desastre, sino en las consecuencias. Y una de ellas es la extrema militarización para el control de los pocos recursos hídricos existentes.

Noria, de 17 años, estudia con su padre para convertirse en maestra del té. Noria no solo debe aprender la ceremonia, con su filosofía y ética subyacentes, sino que también debe conocer el mayor secreto de su padre: la ubicación del manantial oculto del que deriva el agua para la casa de té. Después de morir su padre, los militares destrozan todo y perforan por todos sitios para encontrar ese manantial.

Mientras tanto, la amiga de Noria, Sanja, una joven con un talento extraordinario para arreglar trastos rotos recuperados de antiguos basureros de la civilización pretérita y recupera lo que no reconoce como un reproductor de CD. En el mismo vertedero, Noria encuentra un disco, que consiguen reproducir y cuyo contenido insinúa un extraordinario secreto.

El título hace referencia al concepto de que el agua pura puede "recordar" una esencia de las sustancias que se han disuelto en ella. Imaginativa y atractiva, lírica y conmovedora, Memoria del Agua es una novela que retrata un futuro que es demasiado posible.

Maja Lunde es una periodista, guionista y escritora noruega que se ha embarcado en una tetralogía de novelas sobre el cambio climático. 'La novela del agua' (2020) es el segundo libro de su tetralogía, tras el éxito del primero de la serie, 'La historia de las abejas'.

La novela del agua se desarrolla en dos tramas que se van alternando en cada capítulo. La primera trama transcurre en 2019 y nos cuenta como Signe, una activista ecologista de setenta años, se embarca en un viaje solitario en velero con una misión devoradora: dar con su antiguo amante, que fue también activista y ahora, sin embargo, está destrozando un glaciar para vender el hielo a los saudíes como artículo de lujo.

La otra trama transcurre en 2041 y sigue a David y su pequeña Lou que huyen del sur europeo debido a la terrible sequía y la guerra. En su huida desesperada se encuentran el velero abandonado de Signe, en un lecho seco, a kilómetros de la orilla más cercana.

El periplo de supervivencia de David y Lou se entreteje con el de Signe conformando así una historia inspiradora y emotiva, a mi modo de ver preciosa.

En medio de la abrumadora escasez de agua aparece de nuevo una de las consecuencias más dramáticas, las migraciones climáticas. Solo que aquí encontramos un final enternecedor. Me ha encantado.

Me quedo con esta frase de Cultured Vultures: "Las historias no pueden salvarnos de nosotros mismos, pero si pueden ayudarnos a abrir la mente y cambiar nuestra forma de pensar y eso es lo que nos invita a hacer Maja Lunde"

Una última recomendación de una novela que no es directamente sobre el cambio climático. Es una novela policiaca. Se trata de 'Años de sequía' (2017) de la australiana Jane Harper. Esta estupenda novela no se puede entender sin enmarcarla en el profundo cambio que está ocurriendo en la tierra roja de Australia como consecuencia de la desaparición de la lluvia

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