No se me ocurre nada en contra de la ola de patrocinios que el Ayuntamiento busca –me da que con más propiedad habría que decir que pide en lugar de busca- para garantizar la viabilidad de distintas cuestiones de la ciudad que necesitan dinero, desde la Fundación Teatro Villamarta a la carrera oficial de la Semana Santa (vulgo, el montaje de los palcos). La propia alcaldesa ha manifestado que por lo que a ella se refiere no habría problema en que, un poné, el teatro pasara a llamarse ‘Teatro Villamarta XX’, que a más de uno no le acabara de sonar bien, pero queda claro lo que quiere decir. En Madrid, por ejemplo, el teatro Calderón se rebautizó Häagen Dazs, que despista un poco, pero fresquito es. Esa fórmula se usa frecuentemente también para pabellones de deporte, estadios de fútbol, etc, durante el tiempo que dure el contrato de patrocinio. Si entra un buen dinero, por qué no.
Más difícil parece esta posibilidad para la Semana Santa. Semana Santa Inditex Jerez suena realmente divertido, aunque no tanto como Mango. Stop, dejémoslo ahí… que va a ser que no. Incluso en el hipotético –y complicado- caso de que una única empresa se hiciera cargo del ‘descuadre’ entre el coste y lo que está dispuesto a aportar el Ayuntamiento para montar los palcos, sus expectativas publicitarias no serían tan altas y si lo fueran no tendrían audiencia (no solo entre las hermandades, tampoco en el gobierno municipal, seguro).
Lo malo es que el Ayuntamiento, su gobierno municipal, parece haberle cogido gusto a apostar por estas fórmulas que los políticos suelen acompañar del adjetivo ‘imaginativas’. Antes de seguir con esa línea, habría que ver si estos patrocinios solicitados cuajan. Por lo pronto, les advierto a los munícipes que con estas propuestas quieren pescar en el mismo caladero que usan los medios de comunicación para nutrirse de publicidad y que ese caladero, al menos en Jerez, está exactamente como la mojama…
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