El centro de Jerez acoge en estos momentos varias campañas. Ninguna de ellas es de inspiración municipal, nada de un Plan Integral para la Recuperación y Regeneración Sostenible e Inclusiva del Centro de Jerez u otro nombre rimbombante, qué va, de eso nada. Se trata de dos campañas exclusivamente privadas. Una es la continua marcha de comercios que se van ante la falta de atractivos de la zona —léase telarañas en la caja mezclado con tienda ‘duplicada’ en la zona comercial de la circunvalación— y otra es la de los continuos robos (y tentativas) que vienen sufriendo desde hace semanas las tiendas y bares.
Se siguen yendo comercios, sobre todo textiles y de calzado, pero es verdad que hay cola para abrir nuevos bares y restaurantes. El presidente de los comerciantes de Asunico, Manuel García, dijo la semana pasada en relación a los bares y las molestias que causan a los vecinos que el centro tal vez no es el sitio más apropiado para la gente que busque descanso, sin embargo, parafraseando su tesis, tal vez empiece a ser demasiado ‘tranquilo’ para la gente cuando sale de compras.
Peligroso, pese a lo oleada de robos y su despoblamiento en algunas zonas, la verdad es que no se puede decir que lo sea… Pero lo cierto es que, cada vez más, la gente de Jerez solo viene al centro a comer, beber y casarse (bueno, y a ver santos y participar en Zambombas). Al final las tiendas, los comercios, lo que hay, su cantidad, calidad y variedad, se autorregula vía mercado, pero es cierto que desde las Administraciones públicas se puede hacer algo, se pueden sentar las bases para sumar atractivos. Mientras tanto, mientras no haya una auténtica campaña municipal, todo indica que continuarán las campañas privadas…
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