Estamos en diciembre con temperaturas de primavera, y sus majestades estarán pensando en cambiar de ropa, aligerando exceso de abrigo.
El uso responsable en nuestras acciones cotidianas nos permite ahorrar para mañana, simplemente por puro egoísmo hemos de proceder así, nadie arroja billetes por la calle, aun teniéndolos.
En visitas a neveros de la serranía de Ronda o Sierra Norte de Sevilla, vemos materialmente usos de hace relativamente pocos años, actualmente sin posibilidad de aprovechamiento ante la escasez de nieve natural.
Un espacio de titularidad pública, cuya administración asume la sostenibilidad y mitigación del Cambio Climático como principio transversal en su día a día, desde consumo de papel y agua del grifo, climatización 21-25 C, eficiencia energética, reutilización... no puede acoger iniciativas antinaturales, irracionales e ilógicas en estos momentos de tan actualidad.
La práctica de deporte en invierno ha de ser consecuente con el clima y territorio, adaptándose a los cambios que estamos viviendo. Fabricantes de pistas de patinaje sintéticas alternativas tras invocar al ingenio, con iguales prestaciones, sin consumo energético, generando empleo local y avalados por clientes mundiales en donde el hielo nace y no se hace, aun no siendo profetas en nuestra tierra, merecen un reconocimiento social y público, además de apoyo institucional.
Año tras año los hechos son contundentes, las denuncias públicas no cesan, saltan a la vista los derroches y siguen chirriando los patines en el hielo "natural" con grandes máquinas de frío alimentadas por generadores eléctricos, ruido de fondo incluido, a base de combustibles fósiles, y las modélicas artificiales esperando su puesta sostenible en valor del hecho en Andalucía.
Sabemos que respecto a nuestro clima va a hacer calor en verano, al igual que no tiene sentido hacer muñecos de nieve sin copos, reconectemos con la naturaleza que nos rodea y el natural chirriar proceda de grillos al sol.
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