El lehendakari, Íñigo Urkullu.
El lehendakari, Íñigo Urkullu.

El lehendakari, por lo visto, todavía no se ha percatado de que Andalucía no es un apéndice de Castilla con lo que todavía debe ser un seguidor consciente y entusiasta de la 'España Imperial', de la conquista castellano-leonesa y de la activa participación de bravos caballeros e infantes vascos en la conquista y depredación de Andalucía, nación que desde entonces se llenó de 'señoritos', regidores de extensos espacios de terreno convertidos en páramos por la inactividad de sus nuevos propietarios y redujo a la condición de siervos a quienes habían sido hasta entonces laboriosos y productivos campesinos, arrendatarios de unas tierras que todavía no habían sido privadas, no lo fueron hasta su reparto gratuito entre los dirigentes de las huestes conquistadoras.

Urkullu, o no sabe nada de todo esto, que ya es grave, habiendo sido Euskal Herria uno de sus protagonistas como participantes en la conquista castellano-leonesa, o prefiere ignorarlo, para ignorar su propio pasado y continuar ignorando a Andalucía al considerarla como parte apéndice de la Castilla imperial — o como se ha dicho antes— que ellos siempre defendieron.

Peor es, por su cercanía, haber olvidado hechos mucho más recientes que prueban la capacidad de Andalucía para despertar de su letargo y exigir su derecho a ser como la que más. Eso como mínimo. Porque Andalucía nunca ha perseguido someter ni avasallar a nadie —y quizá sea eso lo que nos ha perdido, pero seguiremos siendo pacíficos y respetuosos con todos, en espera de que todos aprendan a serlo con nosotros y con todos también—.

Pero ya estamos cansados de ser sobreexplotados y encima nos quieran hacer aparecer como 'los malos' de esta película. Andalucía sacó a la calle a casi cinco millones de personas el 4 de diciembre de 1977, una eclosión inexplicable incluso para los partidos que cínicamente se unieron a su celebración, después de haberse negado a ello durante casi cuatro meses, cuando comprobaron que no les convenía quedarse fuera por riesgo de perder a sus seguidores, entonces muy numerosos.

Andalucía, igualmente, experimentó el 28 de febrero de 1980 la mayor participación mundial en un referéndum, pese a la trampa urdida el 28 de diciembre anterior por UCD y PSOE, una participación que alcanzó al 93% de votos afirmativos sobre votantes, que es como se miden los resultados, excepto en aquella única ocasión, en que se preparó un referéndum-trampa, para que Andalucía no pudiera superarlo. Así y todo lo superó.

Antes de todo esto, y desde el momento inmediato posterior a su conquista, Andalucía se había señalado en multitud de ocasiones en reclamación de la libertad pedida. Ahorraremos la relación, recogida en multitud de medios de información, para no alargar innecesariamente este artículo. Lo mejor de todo es que los movimientos andaluces por la libertad siempre han incluido la propia junto a la de los demás. Andalucía no ha intentado destacarse, ha buscado que el resto también se beneficiara de su espontáneo movimiento contra la invasión napoleónica, de su lucha por el federalismo, del cantonalismo nacido en sus entrañas y así sucesivamente. Pagan muy mal, muy cicatera y malintencionadamente, quienes ahora pretenden, otra vez, dejarla recluida, oculta en el 'patio interior' de la potencia que la colonizó con la inestimable ayuda euskalduna.

Si Urkullu se quisiera independizar, recibiría el apoyo de Andalucía como siempre hemos defendido todos los movimientos emancipadores. Si lo que pretende es crear una nueva estructura política con dos tipos de comunidades, con distintos derechos y tratamientos fiscales, políticos y sociales, deben saber que una vez más sabremos imponernos sobre el codicioso y egocentrista intento de obtener beneficios a costa de los demás y de abandonar Andalucía, otra vez, a los pies de los caballos. De sus caballos. Se acabó aquel desgraciado y despectivo "ya tenemos camareros", cuando la formación de Galeuzca. Andalucía necesita crecer para semejarse a las comunidades más favorecidas por todos los gobiernos desde el siglo XIV. Por más que se vuelva a intentar, no aceptaremos un tratamiento desigual y egoísta, para hacernos retroceder en vez de permitirnos avanzar.

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Comentarios (2)

José Manuel Hace 7 meses
Existe una errata en la fecha del referéndum andaluz. Dice el texto: "Andalucía, igualmente, experimentó el 28 de febrero de 1982 la mayor participación mundial en un referéndum, ..." La fecha es 28 de febrero de 1980. Por favor corríjanlo. Gracias
José Luis Hace 7 meses
¡ Bravo,cristalino y contundente artículo¡ ANDALUCÍA 40 AÑOS CON 61 DIPUTADO Y SUS SENADORES CORRESPONDIENTES,IGNORANDO Y FALTÁNDOLE EL RESPETO A LOS ANDALUCES NO NOS REPRESENTAN,SOLO SE LLENAN LOS BOLSILLOS. PSOE,PP,VOX NEGOCIARAN EL GOBIERNO COMO LO HAN HECHO SIEMPRE,PARA EXTRAER,EXPLOTAR,ESCLAVIZAR , RECORTAR TODO LO SOCIAL Y CONTAMINAR AL MÁXIMO A LOS ANDALUCES. SUMAR Y OTROS PARTIDOS DE IZQUIERDA NO DEBERÍAN PERMITIRLO,ANDALUCÍA SIEMPRE FUE SOLIDARIA Y GENEROSA CON TODAS LAS C
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