Es evidente que el Ayuntamiento de Jerez es el principal problema que tiene el Ayuntamiento de Jerez y en lo que este tema no se resuelva difícilmente se acometerán los problemas reales de los ciudadanos.
La verdad es que el tema es parecido a la tesis de partida de los libros de autoayuda, esos engendros para tarados y gente aburrida en general. Estos libros, da igual la tara que analicen, parten siempre de una máxima: si tú no te quieres no puedes querer a nadie. Eso en estos manuales es una verdad ‘ex cathedra’, da igual que el tema de autoayuda que se proponga sea el de padres con hijos adolescentes o el de adolescentes que se ven obligados a ser amigos de sus padres. El verbo ‘querer’ es sustituible por ‘ayudar’, ‘amar’, ‘comprender’… pero el mensaje es el mismo, si tú no pones orden en tu casa es imposible que lo pongas fuera, si tú no solucionas tus propias problemas es imposible que atiendas los de los demás.
Pues esto –y aquí es donde quería llegar- y no otra cosa es lo que pasa con el Ayuntamiento de Jerez. Puede parecer una tautología, pero es evidente que el Ayuntamiento de Jerez es el principal problema que tiene el Ayuntamiento de Jerez y en lo que este tema no se resuelva difícilmente se acometerán los problemas reales de los ciudadanos. No se pretende culpar aquí a Mamen Sánchez y su equipo de la situación actual en el Ayuntamiento –al menos no al cien por cien-, ya que el cronista entiende, entre otras razones, que dicha situación se había cerrado en falso por el anterior gobierno del PP.
La ex alcaldesa María José García-Pelayo dijo en su día, tras el ERE municipal y distintas operaciones económicas (algunas muy pero que muy discutibles, como la concesión del agua) que el Ayuntamiento había dejado de ser un problema (incluso) para la ciudad. Bien, esa ‘Pax Pelaya’ que imperó en buena parte de su mandato partía al menos de dos supuestos muy discutibles, otras dos concesiones ‘demaniales’ que en este caso no figuraban por escrito en ningún sitio: no se toca a los guardias y se hace la vista gorda con CGT, ese sindicato extrañamente aliado (los enemigos de tu enemigo pueden ser tu amigo). Una vez caída la ‘Pax Pelaya’ por el pacto de investidura entre PSOE, Ganemos e IU, la alcaldesa Sánchez se ha visto abocada a ir tanteando un nuevo status quo para el Ayuntamiento, lo que ha abierto la conflictividad con estos dos poderes fácticos (organización, horarios, retribuciones, etc), a la vez que su promesa electoral de readmitir a los afectados del ERE –y su actitud tirando a perezosa- ha devuelto este tema a la primera actualidad de Jerez durante meses y meses.
Y se trata de temas que al ciudadano en general le interesan en la medida en que algunos cafres la han acercado a las páginas de sucesos, poco más: en esta ciudad todo el mundo tiene sus propios problemas. Son quince meses ya, quince meses en los que cuesta ver gestión municipal, con un tema tras otro que no dejan de ser asuntos de orden interno del Ayuntamiento. Claro que lo de los guardias en Jerez es un disparate igual que lo de algunas áreas municipales, pero todo el mundo sabe que cuando se aborda un problema de calado hay que tener previstas distintas posibilidades, líneas de actuación, soluciones, plan B… Nada de eso parece vislumbrarse en el Ayuntamiento de Jerez, bien es verdad que huérfano por ahora en las librerías de guías de autoayuda para ayuntamientos…
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