La guerra cumple un año. Pero no es lo único. Durante los primeros días de la misma, cuando todo estaba cambiando en Europa del Este y los refugiados se contaban por miles en pocos minutos, un periodista español que precisamente estaba cubriendo esas migraciones en la frontera entre Ucrania y Polonia fue detenido.
Su nombre es Pablo González y sobre su caso se ha hablado y escrito mucho. Aunque pueda parecer mentira, cumple justo un año entre las rejas de una prisión polaca y, de momento, sigue sin respuestas. Ni de las autoridades polacas ni de la diplomacia española a pesar de que algunos grupos parlamentarios han solicitado mayores esfuerzos al Gobierno de Pedro Sánchez.
A pesar de que el periodo ya es considerablemente largo, González todavía se encuentra en prisión preventiva. El encarcelamiento se ha ido prorrogando cada tres meses sin que aún se haya celebrado un juicio. El periodista, que nació en Rusia, está acusado de realizar actividades para la inteligencia militar de Moscú. Un delito que se condena con hasta diez años de prisión.
Desde entonces, apenas ha podido hablar con su familia mientras pasa los días en una celda que está vigilada durante las 24 horas. La situación provocó, incluso, que el Defensor del Pueblo se pusiera en contacto con su homólogo polaco.
Su abogado en España, Gonzalo Boye, aseguraba a InfoLibre que está aislado durante 23 horas al día y que han tenido muchísimas dificultades para entregarle ropa de invierno para evitar el frío. Boye, en dicho medio, ha señalado la falta de colaboración del Gobierno de España, aunque desde Exteriores aseguran que se respetan sus derechos.
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