En mayo pasado hicimos desde la Red de Apoyo a Inmigrantes una propuesta al Plan Municipal de Vivienda y Suelo 2020-2024 de Jerez, en el marco de un plan de Participación ciudadana en el que se podrían aportar ideas.
Nuestra propuesta era esta: "Es necesario que el Ayuntamiento garantice varias viviendas para personas migrantes que llegan a nuestra ciudad. La necesidad está más que justificada: muchos de los chicos que participan en nuestra asociación se ven a menudo en situación de calle o el Albergue Municipal, por no disponer de recursos para el alquiler (que suele tener un coste elevado y suelen rechazar a personas extranjeras).
Proponemos reservar varias casas del parque municipal de viviendas para alquiler social para inmigrantes. Por nuestra parte, nos ofrecemos como entidad para para colaborar en estos casos, incluso para colaborar en el sostenimiento económico de esos alquileres, en la medida de nuestras posibilidades".
La respuesta de la delegada de Igualdad del Ayuntamiento, Ana Hérica Ramos, no puede ser más decepcionante: "Le indicamos que las intervenciones no se hacen por origen, sino por las características socioeconómicas de la población".
O sea, que el Ayuntamiento de Jerez seguirá ignorando las necesidades especiales (y más graves aún que el resto de la población) que tienen las personas inmigrantes. Seguirá ignorando también el principio de "acción positiva" que se desarrolla en políticas sociales para favorecer a minorías discriminadas y a situaciones de especial vulnerabilidad. Recordemos que el principio de “acción positiva” o “discriminación positiva” se aplica de forma común en muchos países europeos para facilitar la integración de personas extranjeras, o ha permitido el avance la minoría afroamericana en EEUU. También se aplica en situaciones como el cupo para personas con discapacidad en oposiciones, o en programas de empleo para permitir el acceso de mujeres infrarrepresentadas en determinados sectores laborales.
El consistorio seguirá dando la espalda a inmigrantes que están en situación irregular y no tienen todos los papeles para poder solicitar una vivienda, o que carecen de ingresos para alquilarse siquiera una habitación de un piso en el mercado libre, o que les dan con la puerta en la cara cuando ven que quien quiere alquilar tiene otro color de piel. Lamentamos, una vez, este desencuentro con este Ayunta-miento que dice públicamente que Jerez es una "ciudad refugio", pero que no hace lo más mínimo por los inmigrantes.
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