Una suave brisa de las montañas acaricia tu rostro, mientras mirar al horizontes comprendiendo que su localización no es trivial. Enmarcado en un entorno estratégico e idílico, el lago Leman al norte, rico en pesca y comercio, y al sur el próspero valle de Arve, hacen comprender que la villa fortificada de Yvoire era un paso obligado durante la era medieval. Si bien su importancia historia puede ser indudable, su encanto y belleza ya es suficiente para una obligada visita a este encantador pueblo pesquero medieval, tranquilo y cómodo hacen del lugar un sitio perfecto para disfrutar pausadamente de un pedazo de historia.
La ciudad fortificada es un lugar digno de ver, que combina la piedra de su pasado medievo, y una rica y exuberante vegetación que crece sin demora a pesar de los frios viento de los Alpes. Si bien no diré que es un lugar de viaje obligado, es indudable que es un rincón especial donde disfrutar y relajarte con una paz que sin ninguna duda hoy en día es un privilegio difícil de conseguir. Fácil de recorrer, pocos turistas, pequeños puestos artesanales y lugares para disfrutar del paisaje y la calma, hacen de Yvoire un remanso de paz, ideal para disfrutar de un soleado día de primavera y disfrutar de las maravillas de la naturaleza.
La calma del lago, el frio aire de los Alpes y el rico valle hacen también de la región un lugar adecuado para disfrutar de una gastronomía sencilla y tradicional. Su típico "perche", una especie de perca más pequeña del Leman, el queso "rebrochan", queso fuerte y cremoso del valle verde y el aire más puro que se puede encontrar regado con deliciosa sidra tradicional hacen de la experiencia no solo única, sino un verdadero viaje a un pasado tradicional y orgánico.
Si bien os apasiona viajar o si os encanta disfrutar de las imágenes impresionantes y bellas del mundo no dudéis pasaros por el blog "El Gato Viajero" donde no solo encontrareis mas sobre Yvoire, sino de otros muchos lugares.
Comentarios