Ya casi no quedan árboles de caoba, cuya madera se transformaba en muebles para toda la vida y se heredaban. No se concebía el usar y tirar.
Una vez me encontré con un cabecero de cama, hecho por un gran artesano carpintero, verdadera joya local de Los Palacios y Villafranca, a partir de madera de "calistro" rojo, bien curada en los canales de la marisma y trabajada en taller de pueblo, por padre, hijos, trabajadores y aprendices.
Descubrimiento a redescubrir y a poner en valor, tras poder ver como se comercializa madera de roble australiano, allende los mares para profesionales y desconocido para consumidores. No hay robles en Australia, eucaliptus no tienen buena fama, mejor dejarlo en liptus para unas de las 700 especies existentes, y fabricar industrialmente muebles de diseño temporal que asemejan los nuevos hogares a niveles de multicopias.
El Plan Forestal Andaluz ya marcaba los plazos en 60 años, para objetivos a cumplir. En estos tiempos de tanta nanotecnología e Inteligencia Artificial, donde el segundo es mucho tiempo, el futuro depende de su cumplimiento, la unanimidad en su aprobación en el Parlamento de Andalucía, motivo adicional.
Una rodaja de nuestros grandes árboles, de montes, parques y jardines cuando mueren por temporales, sequías, rayos o plagas, incluyendo recuerdos vividos bajo sus sombras, oportunamente en modo mesa de salón siendo una manera de apostar y sentir consecuentemente a nuestros alimentos locales y ecológicos.
La madera es fijación del carbono del aire, su materialización vía fotosíntesis, un milagro de la naturaleza. Un nacimiento, un árbol, iniciativa de la Fundación Savia, una gran iniciativa para tener mejor conciencia con un granito de arena frente al Cambio Climático. Tocar madera.
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