El cine como hecho cultural, social y lúdico es algo que la Bahía y la provincia gaditana pide a gritos. O eso me parece a mí. La semana pasada en El Puerto de Santa María se puso en pie por segundo año consecutivo el festival de cortometrajes Shorty Week, muy bien llevado y capitaneado por un joven elenco de esforzados emprendedores que no han recibido suficiente apoyo de las instituciones competentes.
Emprenda usted que nosotros le dejaremos en la estacada; debería ser el lema de la realidad oficialista.
Sergio Ceballos y Miguel Ángel Gil son las personas que animaron a un nutrido equipo de gentes entre los veintitantos y trentaipocos, y ellos solitos armaron una estructura bastante sólida amparados a la postre por empresarios de la hostelería local, con el restaurante El Arriate como una de las cabezas visibles.
Muchas de las actividades, siempre con muchísimo público asistente, en el Teatro Muñoz Seca. Una gala de clausura con el aforo completo en una tarde de sábado desoyendo cantos futbolísticos y demás sirenas mediáticas.
El turismo cultural es una de mis obsesiones, como alguno de ustedes empiezan a percibir. En ese empuje me muevo con mi galería de arte contemporáneo El Viajero Alado.
Dándole vueltas a la sesera se me ocurrió (y esta Semana Santa lo pongo en pie en Puerto Real), organizar un taller de Fabricación de Papel/Libro de Artista. Llamo a Juan Barbé, un guipuzcoano loco por la investigación de con qué fibras naturales poder conseguir papeles que den tales o cuales calidades y texturas. Es, sin duda, el mejor hacedor de papeles artesanales de Europa y su trayectoria internacional le abala.
Siempre debería de haber una opción B para pasar cuatro días emblemáticos (de Jueves Santo a Domingo de Resurrección). A día de hoy algunos catalanes, conquenses o vascos ya se han inscrito al curso. ¿Quién da más al PIB local?
Anoche escuché por radio que el señor Cameron, David de nombre, primer ministro británico en plena campaña electoral ha prometido entre otras cosillas descontar un penique por cerveza consumida. Vamos cerveza barata a sus votantes. Cierto es que en Reino Unido una pinta te sale por un pico. Esta idea brillante ha de hacer pensar a nuestros políticos locales. ¿Dónde nos repercutirán la rebajilla?
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