Algeciras merece (infinitamente) más

Este domingo son las elecciones municipales. Y ese acto no es sólo la elección de una persona como alcalde o meter una papeleta con potenciales concejales

La playa Cala Arenas en Algeciras.
La playa Cala Arenas en Algeciras.

El paso del tiempo, la experiencia y el conocimiento de otros lugares de la geografía me llevan a pensar que Algeciras es algo más que una simple ciudad del sur de España. Se trata de un espacio en el que se mezclan de forma respetuosa culturas e inquietudes, priorizando la mirada a un Puerto valioso con una gran resistencia económica, pese a sus competidores y evidentes debilidades estructurales.

Este domingo son las elecciones municipales. Y ese acto no es sólo la elección de una persona como alcalde o meter una papeleta con potenciales concejales. En estas elecciones, se escoge un modelo de ciudad, bajo dos posibles escenarios: continuidad o cambio.

En la actualidad, una forma de facilitar la decisión del voto que se está extendiendo considerablemente es la campaña negativa. Por ello, me resulta interesante exponer las razones que respaldan  el rechazo al respaldo a una candidatura, sin perjuicio de considerar otras opciones políticas del espectro ideológico. De este modo, se evitan los ataques despidiados de los hooligans de la política local y los boots residentes en Brasilia, pero empadronados en “Aeshira mare”  de toda la vida, incapaces de dar la cara.

El actual Alcalde, José Ignacio Landaluce, se postula para la reelección tras doce años en el cargo alternados con la condición de Diputado en el Congreso y Senador del Reino de España. Si bien es cierto que la elección mandato tras mandato ha podido obedecer a virtudes notorias, estos últimos cuatro años han sido muy poco afortunados.

La publicidad institucional desorbitada, una exposición en redes sociales grotesca (con foto de perfil del Alcalde de Lazy Town y colaboraciones con influencers incluidas), una pléyade de voluntades a sueldo y sin valores  para garantizarse únicamente la estancia en la Casa Consistorial, una deuda viva que no baja o grandes proyectos que se quedan en el cajón. El cóctel perfecto de la demagogia.

Y lo peor no es esa situación. ¿Cuál es el papel de la ciudadanía en el futuro de Algeciras? No hay que olvidar que durante los últimos años apenas han existido voces y colectivos sociales verdaderamente críticos con la gestión de la ciudad. De esta forma, han existido medios de difusión que han transmitido un contenido publicitario sin apenas una mera contraposición de ideas. A todo ello, se une la escasa participación en las Elecciones Municipales, siendo la ciudad más abstencionista de España (en 2019 tan sólo se registró un 49,08 % de participación).

¿A qué debe aspirar Algeciras? La ciudad requiere de un cambio a todos los niveles, que permita hablar de nuevo en la política local de las grandes infraestructuras (polideportivo municipal del siglo XXI, mantenimiento integral de las barriadas, redes de saneamiento sólidas), el equilibrio económico en las cuentas o una mayor participación de los agentes sociales en la ciudad del futuro. En definitiva, resulta necesario huir de los presupuestos justificados con los sones de Canelita y sin argumentos de autoridad para llegar a una gestión responsable.

En conclusión, Algeciras merece infinitamente más como ciudad. Este domingo no es un día cualquiera, porque ofrece la posibilidad de escoger representantes públicos que hagan las cosas de otra manera.  Al final, todo se resume en una idea de una famosa canción: “Mami que será lo que quiere el negro”.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído