Este ornitorrinco ambiguo, aún de contornos borrosos, encierra algo muy, muy antiguo: la estrategia de dominación de las clases dominantes por conquistar el futuro
Han pasado 44 años —la mayoría de la ciudadanía actual no la votó— y los problemas de España son otros. Nos acordamos de ella un día al año, y no la conocemos. Ni falta que importa
La estrategia es muy sencilla: hay que dar apariencia activa de la ‘fiesta nacional’, que está más viva que nunca y que todo es obra de las intrigas de los antitaurinos