Guillermo y los braghettone

¿Quién cambiaría las desnudeces de Adán y Eva de Durero, las Tres Gracias de Rubens o el Marte velazqueño?

JOSE PETTENGHI ARTICULO

Biólogo y profesor.

Adaptación cinematográfica de 'Charlie y la fábrica de chocolate', una de las obras de Roald Dahl.
Adaptación cinematográfica de 'Charlie y la fábrica de chocolate', una de las obras de Roald Dahl.

Tachar de inapropiados los cuentos de Roald Dahl tiene su guasa. A alguien se le ha ocurrido que el lenguaje del autor de Matilda, Charlie y la fábrica de chocolate o Las brujas no era inclusivo.

Y digo "era" porque Dahl lleva 33 años criando malvas. Se ha propuesto incluso reescribir su obra, eliminando y corrigiendo lo que hoy parece incorrecto.

Admito que reescribir la obra de un autor o autora ya fallecidos es un asunto sutil y complejo, pues es preciso contextualizar y no tratar al que lee o mira un cuadro como a alguien con una baja capacidad mental (ignoro si este es un término adecuado).

¿Quién cambiaría las desnudeces de Adán y Eva de Durero, las Tres Gracias de Rubens o el Marte velazqueño? ¿Quién se atrevería a reescribir alguna página grande de la Literatura por algo más acorde con estos tiempos? Es más, ¿hace falta?

¿Existe alguna forma respetuosa de actualización de una obra maestra? Salman Rushdie expresa sus dudas legales acerca del derecho de tocar la obra de artistas ya fallecidos.

Solo desde la moral puritana o desde la censura se puede contestar a esto. A quien esté de acuerdo habrá que recordar que sería necesario revisar, por ejemplo, todo el Antiguo Testamento, una historia de sangre, venganza, violencia, sadismo y por la condición de la mujer, que aquí tiene menos derechos que una cabra.

La Santa Madre Iglesia, siglos más tarde, dispuso repintar y colocar ropa interior en los cuadros y estatuas clásicas de desnudos (ya se sabe la obsesión vaticanista por 'los bajos comerciales'). A los artistas remendones que tapaban desnudeces se les llamó con gracia braghettone, que no hace falta traducir.

Tampoco escaparon las aventuras de Guillermo Brown, escritas por Richmal Crompton, una mujer soltera, con parálisis en la pierna derecha a causa de la poliomielitis. Ella sufrió esa presión de reescribir su obra, cambiando en un episodio a San Aidán por el emperador, al pastor anglicano por el alcalde y al obispo por el ministro. An attractive smile se queda en "Una sonrisa muy simpática".

Richmal Crompton -fallecida en 1969- escribe una obra infantil donde Guillermo Brown "pone en ridículo y critica de forma inapropiada a sus mayores y a las instituciones, con poco sentido religioso y temor de Dios". ¿Debe actualizarse?

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