La era del ornitorrinco

Este ornitorrinco ambiguo, aún de contornos borrosos, encierra algo muy, muy antiguo: la estrategia de dominación de las clases dominantes por conquistar el futuro

JOSE PETTENGHI ARTICULO

Biólogo y profesor.

Banderas de España, en un mitin de Vox.
Banderas de España, en un mitin de Vox. CANDELA NÚÑEZ

El ornitorrinco es un inquietante animal que tiene pico de pato y pone huevos, pero al mismo tiempo tiene pelo y alimenta a sus crías con leche de sus glándulas mamarias. Qué es, pues, un ornitorrinco.

A los zoólogos del siglo XIX también se les atragantó esta cuestión. Tanto, que tardaron casi 80 años, desde su descubrimiento, en definirlo como un mamífero monotrema. O sea, en describir la esencia del ornitorrinco, en definirlo.

Hoy desconcierta la duda acerca de estos nuevos movimientos de ultraderecha, cuál es la esencia del trumpismo, qué sustenta el disparate de Bolsonaro, por qué gana Meloni en Italia, por qué la democracia española encalla en Vox.

Tildarlo todo de fascismo sin más es inexacto, por más que asomen las bayonetas del fascismo entre sus costuras, pero es una cómoda simplificación que facilita su esencia tramposa. En realidad, no sabemos qué es. Aún.

Quizá se tarden años en definirlo y conocer la sustancia de este ornitorrinco, su verdadera naturaleza. Hará falta un distanciamiento histórico que permita determinar a qué estamos asistiendo. A qué se debe el pico de pato de su nacionalismo tóxico, o el pelo del fundamentalismo de mercado; o por qué pone huevos de negacionismo de cambio climático, o el poder de su leche materna sobre el descreimiento político.

Hay en este ornitorrinco argumentos fascistas y otros que no lo son, pero que bien amasados dan como resultado: Trump, Bolsonaro, Meloni, etc. Este ornitorrinco es además especie invasora. En España ya asoma por ayuntamientos y comunidades autónomas.

Y tiene eficaces estrategias de adaptabilidad. Su control de los medios de comunicación hace creer que en ocasiones parezca una simpática tortuga carey, y en otras una útil y eficaz nutria, según convenga en cada momento a sus oscuros intereses. Así, las mejoras laborales, los avances sociales, los derechos civiles, el Estado del bienestar, los servicios públicos y una memoria honesta y veraz sobre nuestro funesto pasado reciente, están en peligro.

Porque este ornitorrinco ambiguo, aún de contornos borrosos, encierra algo muy, muy antiguo: la estrategia de dominación de las clases dominantes por conquistar el futuro.

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