Apropiación indebida

Tanto Guerra, el sepulturero de la izquierda, como Aznar, fingen como camaleones en celo con fines promocionales

JOSE PETTENGHI ARTICULO

Biólogo y profesor.

Un momento de la entrevista de Évole a Olona, en 'la Sexta'.
Un momento de la entrevista de Évole a Olona, en 'la Sexta'.

Estupor y temblores ver a Alfonso Guerra pontificando sobre Antonio Machado en el documental Los días azules (Laura Hojman, 2020). Ojos entornados, beatona actitud condescendiente… y ni una sola mención al republicanismo del poeta. Cuando justamente esa es la esencia machadiana, su civismo y su actitud ciudadana vinculada a la II República.

Hay asuntos sagrados, sin que ello tenga nada que ver con la religión, y uno de ellos es el republicanismo de los tres grandes poetas españoles del Siglo XX: Miguel Hernández, Lorca y Antonio Machado. Bueno, pues para Alfonso Guerra debe ser un asunto menor. Debe ser también que los gobiernos de los que fue vicepresidente mostraron su afecto público hacia Machado (hasta 2019 no visitó un presidente de gobierno la tumba de Colliure). Debe ser, en fin, que Machado para él, solo es un poeta que se lee en BUP, que escribió bonitas letras para Serrat y para saquear sus citas, que quedan muy finas y muy progres.

Al ver el documental sentí con rabia que se vulneraba algo sagrado, exactamente la misma rabia que cuando supe que Aznar, sí Aznar, dijo que leía a Azaña y que lo reivindicaba. Lo dijo sin reírse ni nada y añadió que tenía “una profunda vocación azañista”.

Una impostura intelectual, una apropiación indebida, una exhibición dirigida a evitar que le identificara con la derecha montuna. Algo que no resiste la más leve revisión: Azaña fue un político culto que gobernó —con los socialistas— en tiempos muy difíciles, mientras que Aznar es un político de mediocre cultura, que trata de evitar por el medio que sea que gobiernen los socialistas, provocando que los tiempos sean difíciles.

Tanto Guerra, el sepulturero de la izquierda, como Aznar, fingen como camaleones en celo con fines promocionales. El uno con su aversión al ideario republicano, que lo ha llevado a abrazar el cetro y la corona con más fervor que Pemán. Da hasta pena. El otro con su antizquierdismo feroz, cada vez más enconado, da hasta risa.

Ambos muestran complejo de inferioridad.

Y ahora va y sale Olona, sí Olona, y dice que su referente es Julio Anguita. El califa cordobés debe haberse removido en su tumba.

Y es que, ay, la derecha es perfectamente capaz de asimilar el lenguaje, las costumbres y habilidades de la izquierda y ponerlo todo al servicio de sus objetivos.

Sí, esos objetivos.

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