Volverán banderas tricolores

La imagen del Congreso fue el rey tocando el cajón. ¿No hubo nada más noticiable que eso?

JOSE PETTENGHI ARTICULO

Biólogo y profesor.

El rey Felipe, tocando la caja en Cádiz.
El rey Felipe, tocando la caja en Cádiz. GERMÁN MESA

El pueblo español ha dado demasiadas oportunidades a la monarquía borbónica. Y ésta las desaprovechó. Todas.

Seis reyes pisaron el exilio y tres de ellos murieron en el extranjero. Un exilio por inclinarse demasiado hacia una determinada opción política. O por sus pringosos negocios vinculados a la política. La monarquía borbónica no tiene una historia ejemplar, más bien se inclina hacia lo grotesco. Repárese en Amadeo I, un rey como pedido por Amazon.

Como factor común a la borbonía prevalece siempre su adhesión confesional catolicista.

Así les ha ido y así les va. Es un hecho que el actual rey reina sin el apoyo popular, sólo intentando sobrevivir a la onda expansiva de los escándalos de su padre y gracias a la sobreprotección mediática hacia su figura: “Se pueden censurar los excesos de Juan Carlos y su familia, pero cero críticas a Felipe VI”, es el nuevo consenso.

La monarquía es una institución cuestionada, sin embargo desde el poder gubernamental no se facilitan, desde hace años, datos acerca de su aceptación popular.

La alternativa republicana —históricamente machacada por las armas en dos ocasiones— se ve aún lejana, pues la Constitución blinda la monarquía. Sería preciso cambiar la Constitución, que abriera una pequeña rendija para la esperanza republicana.

Una esperanza que se fundamenta en sólidos principios de justicia, de libertad y de igualdad, tanto de género como económicos.

Pues ser republicano consiste en estar a favor de una democracia radical que forje verdaderos ciudadanos y no simples votantes que, poco o nada, intervienen en las decisiones políticas.

Ser republicano es dar prioridad a lo público, lo que es de todos y para todos. Ser republicano supone defender un estado laico con absoluta separación Estado/Iglesia.

Sí, es difícil, todo quedó atado y bien atado. Pero como tuvimos ocasión de comprobar durante el Congreso de la Lengua celebrado en Cádiz, la imagen, la foto, fue el rey tocando el cajón. ¿No hubo nada más noticiable que eso? ¿Otra dosis de campechanía? ¿Ese es el resumen de un Congreso histórico en Cádiz? Una pena.

Claro que es difícil, pero volverán banderas tricolores.

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