Jean es una vecina irlandesa que lleva 17 años viviendo en Arcos de la Frontera. Hace varias semanas se topó con un suceso inesperado que le ha cambiado la vida. El hijo de su vecino había ocupado su casa cuando viajó a su país origen. El gaditano vio la oportunidad al observar que la dueña del inmueble no estaba y se apropió de la residencia dejando a la irlandesa en la calle.
La afincada en el pueblo gaditano había viajado a Irlanda para estar con su familia tras la muerte reciente de su marido. Durante los días que permaneció en su ciudad natal, una de sus vecinas de Cádiz la llamó para advertirle que alguien había entrado en su hogar. Al regresar, el inquilino había cambiado la cerradura de la casa de forma que no podía acceder a la misma. Desde entonces, Jean viven en un hotel del municipio. Según ha contado a Canal Sur, está desesperada y no tiene donde ir.
El okupa le ha pedido 3.000 euros para poder recuperar su vivienda, sin embargo, ella no tiene esa cantidad para entregarsela por lo que se ha tenido que buscar la vida. Una de sus vecinas le ha ayudado a rescatar sus pertenencias, objetos personales que el hombre arrojó a la basura al apropiarse de la casa.
Jean, que está en la fase de duelo tras el fallecimiento de su marido, sufre este contratiempo que no sabe como solucionar. Pese a que ha denunciado el caso a la Policía y a la Guardia Civil, nadie ha hecho nada. La denuncia debía haberse presentado de modo inmediato, algo que fue imposible para ella ya que se encontraba en su país de origen cuando ocurrieron los hechos. El delito de allanamiento de morada conlleva 4 años de cárcel que el inquilino no pasará ya que Jean no pudo reaccionar antes de 24 horas.
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