"No me vale con mis buenas intenciones / no me vale con mis buenas acciones / a ella no le vale con que le escriba canciones / ingobernable, el amor de mis amores...", se escucha en la plaza del Banco de Jerez poco antes de las cinco y media de la tarde. Pero C. Tangana se tiene que callar cuando por la esquina se ve llegar a Iván Espinosa de los Monteros, portavoz de Vox en el Congreso, con un numeroso séquito de representantes del partido de ultraderecha en Jerez y la provincia —casi todos hombres— a la plaza del Banco, el centro neurálgico de los actos del partido en la ciudad —ya celebró aquí el 12 de octubre—, muy cerca de la casa natal de Miguel Primo de Rivera.
En la plaza, medio llena, hay algunas banderas de España y también verdes de Vox, sobre todo en torno a una carpa con distinto merchandising, como globos o chapas. "Sin miedo a nada ni a nadie", pone en ella. Quedan pocos minutos para que empiece el acto, no oficial, pero sí oficioso de precampaña electoral de las elecciones andaluzas. El Gobierno andaluz no sacará adelante el Presupuesto —casi con toda seguridad— y deberá abrir las urnas. Manuel Gavira, portavoz de la ultraderecha en el Parlamento andaluz, se encarga de demostrar que las elecciones son inminentes cuando interviene en el escenario, lleno de dirigentes o cargos del partido, todos sin mascarilla.
"Sí, hemos presentado una enmienda a la totalidad", dice Gavira, casi chillando, para empezar su interlocución. Porque según él, Juan Manuel Moreno ha presentado unos Presupuestos "socialistas". Todo es socialismo o progre en el panorama político para Vox. Excepto ellos, claro. Después de atizarle al secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, de sacar el comodín de la inmigración ilegal, de decir que la Junta "fomenta las masculinidades positivas, como si ser hombre fuera algo malo", de hablar de "manipulación" en Canal Sur, o de la "Administración paralela", da paso al plato fuerte de la tarde para los presentes, Espinosa de los Monteros.
El portavoz del partido de ultraderecha en el Congreso, que lleva un par de días en la provincia, tras su paso por El Puerto, empieza en Jerez alabando el "privilegio" que es vivir en la ciudad, en la provincia, ¡y en España! Más de una docena de veces la nombra a lo largo de un discurso que dura poco más de media hora, provocando incontables "¡viva España!", bastantes "¡arriba España!" —lema franquista— e incluso unos cuantos "¡viva el rey!". Después de pelotear durante unos minutos a Jerez y a toda la provincia de Cádiz, apela al "orgullo" de ser español porque "ganamos batallas navales y terrestres" a ingleses y franceses. Tal cual.
El discurso de Espinosa de los Monteros tiene todos los ingredientes del pack de Vox. Muchas menciones a España, mucha crítica a lo progre, puyas al PP por ser "igual que el PSOE" —elecciones a la vuelta de la esquina, hay que recordar—, relacionar inseguridad con inmigración ilegal —según él, pueden llegar "cientos de millones" a "invadirnos" y "llevarse" ayudas— y guiños al voto obrero y de ganaderos o agricultores. Y por supuesto a la caza y a los toros. "Claro que vamos a luchar por nuestra nación, ¡por España!", repite más de una vez.
Apelando a la "capacidad de los españoles para salir adelante", porque España es "una de las naciones más antiguas de Europa", anima a defender ese "legado", tras lo que se escucha algún "¡arriba España!", que Espinosa de los Monteros ignora, y continúa hablando. De los Presupuestos, previsiblemente fallidos del Gobierno andaluz de PP y Cs —para dar alas al aire preelectoral de la cita—, de la Ley de Seguridad Ciudadana —para aprovechar y hacer un guiño a Policía Nacional y Guardia Civil, hasta pide un aplauso para las Fuerzas Armadas— o de la reciente renovación de cargos en el Tribunal Constitucional, también habla Espinosa.
Hasta anima a los presentes a iniciar la Operación cuñado. Para Espinosa de los Monteros, eso pasa por convencer cada uno a su cuñado, del PP, de que vote a Vox. "La batalla cultural hay que darla todos los días o los progres acabarán ganando. No os canséis, no desistáis, no nos defraudéis", dice. "No os canséis de defender a España", insiste, por si hay dudas. "¡Viva España!", grita para terminar de su interlocución. Nada más acabar, todos cuadrados, muy rectos, para concluir el acto escuchando a todo volumen el himno español.
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