El servicio de patrullas en motocicleta de la Policía Nacional no funciona en el centro de Jerez desde este mismo jueves. Así lo ha dado a conocer el sindicato policial CEP, que vuelve a denunciar el estado de precariedad en la que están muchos de los servicios de seguridad en la ciudad.
"Desaparece en la práctica la unidad", ha denunciado Eloy Cruz, portavoz de CEP. "No hay motos disponibles". Son una flota ya de por sí precaria para una ciudad de más de 200.000 habitantes, apenas tres motos. Pero estas tienen "siete u ocho años", y los arreglos ya no se realizan. La causa, falta de fondos y porque van llegando los dias en que arreglar los vehículos apenas merecería la pena por costar tanto o más que el propio valor de la moto.
Esas motos están ya en el taller y dejarán de emplearse en las patrullas que se realizan por el centro de Jerez. Estas motos son clave para pasar ante cualquier necesidad urgente al paso por zonas peatonales. Si por ejemplo una patrulla está con las motos en rotonda de los Casinos, para llegar al Alcázar hay acceso directo y rápido por Larga y Arenal. Pero ahora tendrán que ir los agentes a pie, a la carrera.
Y es que esa es la realidad a menudo en el centro de Jerez: cualquier robo, atraco o incidentes a los que los agentes no podrán llegar al instante por no poderse llegar de forma directa en coche.
"Somos una ciudad de Segunda B", denuncia CEP, porque la relación que se refleja de necesidades de Jerez, según el sindicato, es obsoleta, la propia de una ciudad de la mitad de habitantes. "El Puerto sí tiene motos, con menos personas y con menos término municipal". Impropio, explica, de una quinta ciudad de Andalucía. La cuestión es que el Ministerio del Interior tiene disponibles motocicletas en otras ciudades, pero debido a que están obsoletos esos documentos clave para la previsión de servicios y personal está anticuada, no se mandan a la ciudad.
Esto tampoco se soluciona por la falta de arreglos por no tener recursos. Meses atrás se han dado casos de coches sin salir a la calle porque no había a la mano dinero ni para arreglos de 20 euros como pinchazos, o de impresión de documentos por falta de tóner.
