No hay rastro alguno de los cuatro ocupantes, miembros de una misma familia alemana del estado de Renania del Norte-Westfalia, que perdieron la vida el domingo tras caer el avión en el que viajaban en aguas del mar Báltico.
El aparato, un Cessna 551, salió desde Jerez y tenía como origen final el aeropuerto de Colonia-Bonn. Ese, al parecer, era el plan de vuelo, pero por razones que se desconocen, al avión atravesó España, Francia, Alemania y se adentró en el Báltico.
A la aeronave se le perdió el contacto tras superar las costas de Polonia. Por lo visto, recorrió también el enclave ruso de Kaliningrado y las costas de Lituania hasta entrar en la zona marítima más cercana a Letonia.
Según el diario alemán Bild, aviones de combate españoles, franceses, alemanes y suecos despegaron para comprobar la situación en el avión privado, pero los pilotos no pudieron distinguir a nadie en la cabina. El Ministerio de Asuntos Exteriores alemán está en contacto con la embajada germana en Riga para intentar aclarar los hechos.
Hasta el momento solo se han podido recuperar once piezas del avión siniestrado. Un portavoz de la autoridad de la Aviación Civil de Letonia, Aivis Vincevs, ha asegurado que "hay operaciones de búsqueda activas" para recuperar los resto del aparato "y también a las probables víctimas".
Por ahora se desconoce qué país será el encargado de investigar el accidente, ya que el avión se ha estrellado en aguas internacionales.
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