Cuando llega el calor y nos sobra casi todo, incluido en los pies, la opción de llevar chanclas para conducir siempre lleva a la duda sobre si está permitido o no. Como es lógico la decisión es libre para el conductor ya que la normativa de Trafico no señala ninguna prohibición en este sentido. En pocas palabras, que es un supuesto que no está tipificado como una infracción.
Sin embargo, la decisión final queda a criterio del agente de Tráfico si observa que una situación anómala en la circulación de un vehículo es consecuencia del calzado de quien está al mando del volante.
Según se señala en el artículo 17 del Reglamento General de Circulación, ‘los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos’. Si se produce lo contrario y es detectado por la Guardia Civil, podría ser sancionado si se entiende que el calzado impide cumplir con las normativa de seguridad que obliga a escoger aquel que permita el máximo control del coche.
En la cuenta oficial de Twitter de la Guardia Civil, puntualizan que “no está específicamente prohibido conducir con chanclas, pero puedes ser sancionado por no ser capaz de mantener la libertad de movimientos”
El calzado adecuado para conducir debe cumplir los siguiente preceptos: sujetar bien el pie, se adapte a la forma y no quede holgado. Ser flexible para hacer los movimientos de manera natural sin impedimentos. Que agarre bien al pedal y no resbale, evitando conducir con suela mojada o llevar un recambio los días de lluvia. Para el verano, un zapato transpirable, para evitar que sude el pie.
Si nos atenemos a esto, el calzado con tacón, chanclas o similares no son recomendables pero tampoco provocará una multa, a priori.
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