Este martes se ha celebrado el juicio a Manuel Murillo Sánchez, el francotirador que pregonaba por diversos grupos de whatsapp que quería matar a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, tras la exhumación del dictador Francisco Franco. La Fiscalía pide más de 18 años de prisión para este sexagenario vigilante de seguridad.
Durante el juicio oral, Manuel Murillo ha rectificado aquello publicado en la aplicación de mensajería instantánea. De hecho, ha declarado ante el juez que todo fue fruto de "la ensoñación" provocada por el vino y el orujo. Según el propio acusado, se bebía las botellas de vino como si fueran "tercios de cerveza".
Además, Murillo ha señalado que se llegó a sentir "un héroe para salvar a España" al mezclar las películas. Por si fuera poco, también ha metido en la ecuación a Federico Jiménez Losantos, periodista en esRadio, al que cuya influencia ha señalado a la hora de justificar sus comentarios y actuaciones porque "también es un patriota". El acusado ha afirmado que llegó a sentirse Rambo.
En algunos de los whatsapp llegó a decir que "nos hemos de mojar y actuar. Yo estoy dispuesto. Mi mayor ilusión es meter al traidor de Sánchez debajo de la lápida de Franco" o que había que pasar a la acción, algo que describe la propia Fiscalía en su escrito manifestando que llegó a expresar explícitamente el deseo de acabar con la vida del presidente del Gobierno.
En su declaración se ha definido como "sentimental" y no "un asesino". Murillo ha hecho hincapié en que esos mensajes eran como consecuencia del consumo de alcohol y que en el grupo de whatsapp competían por ver "quien dice la más gorda". El acusado ha sido vinculado a grupos de extrema derecha. Una coordinadora de Vox fue la encargada de dar la voz de alarma sobre lo que podía suceder.
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