La Junta de Andalucía abrió ayer un nuevo tiempo con una desescalada que parece ser ya la definitiva, a medida que avanza la vacunación, y prevista en tres fases. Así, el presidente dio los detalles y uno especialmente llamó la atención: la apertura de discotecas hasta las dos de la mañana en las zonas en nivel 1, algo que se prevé que alcancen varios territorios próximamente. En cualquier caso, los restaurantes ya abrirán hasta las 12 de la noche, algo que no experimenta en España prácticamente desde el pasado verano.
Sin embargo, la protección de los espacios de salud sigue siendo tarea pendiente. Porque la atención telefónica sigue siendo prioritaria para gran parte de la relación médico-paciente en los ambulatorios. Así, a las quejas de la falta de urgencias 24 horas en muchos centros de salud andaluces, se suma que en muchos casos no se han habilitado los circuitos covid, que diferencian desde la entrada la llegada de personas sospechosas de tener la enfermedad.
De esta forma, gran parte de los ciudadanos andaluces llevan más de un año sin ver cara a cara a su médico de familia, pero la Junta no está siendo especialmente proclive a que esa situación vuelva. En parte, debido a la falta de refuerzos en áreas como administración, que están sobrecargadas aún tras un año de cambios de procedimientos y nuevas formas de organizar el trabajo, con teléfonos a menudo colapsados en los centros.
Los sindicatos llevan meses pidiendo estos refuerzos tanto en personal sanitario como no sanitario. Una vez que lo peor de la pandemia parece haber pasado, y con la perspectiva de mejoría a medida que se pongan más pinchazos, lo cierto es que más que resultar reprochable la vuelta a la normalidad, lo que sigue siendo asignatura pendiente del Ejecutivo de Moreno Bonilla es recuperar esa normalidad en la atención sanitaria.
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