La Plaza del Arenal de Jerez acogerá el próximo martes 28 de octubre, a las 17:00 horas, una manifestación convocada por Flampa Jerez, la Federación Local de Ampas, bajo el lema “Unámonos contra el acoso. No te quedes a un lado. Ponte de pie. Haz que tu escuela sea un lugar sin acoso”. La concentración llega como respuesta directa al reciente caso de acoso escolar en el IES Francisco Romero Vargas, que ha conmocionado a toda la comunidad educativa jerezana.
Desde Flampa Jerez insisten en que la manifestación del martes busca dar voz a todas las familias y reclamar entornos escolares seguros. “No te quedes a un lado”, repiten en su convocatoria, apelando a la unidad social frente al acoso y al compromiso de toda la comunidad educativa para erradicar esta lacra.
Un caso muy duro
La Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional confirmó que el pasado lunes 20 de octubre se activó el protocolo contra el acoso escolar en el instituto, después de que se conocieran comentarios ofensivos y amenazas dirigidos a una alumna. Según el comunicado oficial, fue durante una reunión entre un estudiante y la Jefatura de Estudios cuando se dio la voz de alarma sobre las burlas hacia la joven.
Ese mismo día, la víctima entregó nuevas pruebas, incluyendo notas manuscritas con mensajes crueles. Entre ellos, algunos escritos que decían “Móntate un Sandra, calva” o “Mátate, puta y calva”, en alusión al reciente caso de Sandra, la adolescente sevillana que se quitó la vida tras sufrir acoso escolar.
Ante la gravedad de los hechos, el centro abrió una investigación interna para determinar la autoría de los mensajes, manteniendo una comunicación constante con la familia afectada. La Delegación Territorial de Educación en Cádiz explicó que ya existían “problemas de convivencia” en el grupo, aunque no se tenía constancia de mensajes tan graves hasta ese momento.
Tres días después, el jueves 23 de octubre, el instituto decidió expulsar a los alumnos implicados en la difusión de los mensajes. Además, se ha activado el protocolo de prevención del suicidio y conductas autolíticas, bajo la supervisión de la inspección educativa.
El caso ha desatado una ola de indignación en redes sociales y en el propio barrio. Varias familias, preocupadas por la seguridad de sus hijos, incluso han optado por no llevarlos a clase. Vecinos y usuarios denuncian lo que consideran una respuesta tardía del sistema educativo, asegurando que “el protocolo antibullying tarda demasiado y las amenazas continúan”.
