En el pleno municipal del pasado 31 de enero de 2019, hace ya dos años, el grupo municipal Ganemos Jerez solicitó que se pusieran en marcha los procedimientos pertinentes para darle uso público la Torre de la Atalaya (adosada a la Iglesia de San Dionisio), con el fin de convertirla en un mirador relevante del Jerez histórico. En este tiempo, no solo no se ha procedido a impulsar dicha iniciativa, sino que el deterioro de esta joya del patrimonio jerezano va a más.
Este pasado viernes, hubo un enorme revuelo en las redes por la denuncia ciudadana de que dos piezas de la estructura de la torre se han perdido, y otras dos están en seria amenaza de caída.
El Ayuntamiento, como propietario de este bien, debería tomarse en serio la rehabilitación que fue aprobada en junta de gobierno local, denunciaba en su cuenta de Facebook Juan Taboada Saborido. Tampoco consta que se haya inscrito en el Registro de la Propiedad, por lo que Ganemos se preguntaba recientemente las razones de esta parálisis permanente sobre un inmueble de gran valor histórico y artístico.
“Es un espacio público que hay que poner en valor; que además forma parte del centro histórico. Si de verdad el gobierno quiere insuflar vida en él, podría empezar por dar uso público a los espacios de los que disponemos en la ciudad. El tiempo pasa y la Torre de la Atalaya, un mirador con mucho potencial, sigue desaprovechado”, argumentaban hace unos meses desde la formación municipalista.
Es una torre civil pero a simple vista no lo parece. Se trata de la torre de la Atalaya, la torre de la Vela o la torre del Reloj, uno de los símbolos del centro histórico de Jerez que tras años de abandono y de olvido, la sociedad civil de la ciudad quiere volver a recuperar. Habrá que confiar en que no sea demasiado tarde.
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