Versos para reírse de la muerte

El poeta Rafael Benítez Toledano publica 'Yacimientos extraordinarios', una colección de epitafios dedicados en su mayoría a sus amistades y a personajes jerezanos aún vivos.

Cuenta Rafael Benítez Toledano (Jerez, 1961) que en su nuevo libro, Yacimientos extraordinarios (editorial Canto y Cuento), son más numerosos aquellos que están contentos por figurar entre sus páginas que los que no. Y eso, siendo una colección de epitafios de amigos que aún viven —menos el doctor Francisco Nebreda, que falleció mientras lo escribía— es todo un mérito. “Ha habido alguno al que he tenido que incluir a la fuerza al final, porque me lo pedía. La respuesta ha sido positiva y la gente se ha divertido más que cabreado”, relata.

Por eso mismo, para no enfadar a nadie, no ha publicado ni un epitafio a ninguno de sus amigos gitanos, por eso de las supersticiones y del yuyu que, normalmente, le tienen a la muerte. “Manuel Morao incluso me apartó el libro de la cara”, recuerda con una sonrisa el escritor, que explica que la idea de esta obra surgió a raíz de los epitafios que escribía al final de sus libros. “Llegó un momento en el que pensé que por qué tenía solo que escribírmelos a mi, que también se los podía escribir a mis amigos”. Empezó por el abogado Juan Pedro Cosano y, a partir de ahí, “se me puso la mano tonta y me levantaba cada día acordándome de alguien y escribiéndole el epitafio”.

Benítez explica que esto también le ha servido como manera de “desdramatizar” la muerte. “He pasado un año regular por razones personales, por la muerte de una persona muy cercana a mí, y esto me ha servido para quitarme de encima ese trauma”. Al final, bajo la forma de epitafios, lo que ha hecho el poeta es “un pequeño retrato con los rasgos más sobresalientes de personas que conozco, hecho en tono de humor, pretendiendo ser amable y con su punto de ironía”. Cuando se dio cuenta, tenía toda una colección de ellos, y ahí su amigo José Mateos le ayudó a seleccionarlos para publicar finalmente este libro, de una cuidada edición con ilustración de portada de Juan Ángel González de la Calle.Entre los personajes, Toledano ha incluido a los tres alcaldes que han precedido a Mamen Sánchez (Pedro Pacheco, María José García-Pelayo y Pilar Sánchez). Sin embargo, los ha metido a todos en el mismo saco bajo el nombre de Epitafio municipal: Aquí yacen tres alcaldes./ Entre los tres consiguieron/dejarnos el culo al aire. “Las arcas del Ayuntamiento están como están, el pueblo está como está, y el centro de Jerez, y la vida es la que es…”, señala al respecto el poeta, que afirma que no ha querido centrarse en cada uno por separado por la situación personal por la que pasan alguno de ellos, como Pedro Pacheco, aún en prisión. Jerez y el fútbol jerezano también tienen su epitafio, al igual que la Bahía de Cádiz, siendo, de todos los del libro, el preferido del autor: Reposa aquí la luz de la Bahía./Yace bajo el Carranza y Astilleros./Le han cantado la sal de los esteros /el humo que soñé de los cargueros /y un comparsista de Santa María.

Para Rafael, el libro ha supuesto “un respiro, porque los dos últimos cuadernos que hice fue de poesía más o menos seria” y ya piensa en una segunda parte para incluir a todos aquellos que, por razones de espacio, se han quedado fuera. Pero el poeta también prepara, de cara al año que viene, una antología de entre 150 y 160 poemas. “Ya voy llegando a una edad y ya va llegando la hora de una antología”, razona, y apunta a un título para la misma: Ayer y otros días felices. Por cierto. ¿Cuál sería el epitafio que figuraría en su tumba? También figura en el libro: Reposa aquí Benítez Toledano./Por fin descansa entre deudores y deudos./Al fin dispone de su propio feudo/quien fue una triste sombra de Cyrano. 

Yacimientos extraordinarios puede adquirise en las librerías Agrícola, La Luna Nueva y El Laberinto, así como en la web de la editorial Libros Canto y Cuento.