Francisco Bejarano, 'Contra el júbilo': "Escribo cuando he pasado una racha de melancolía"

El escritor jerezano ha presentado en su tierra su nuevo poemario 'Contra el júbilo'. Ha estado acompañado por Fernando Taboada, Bruno Escobar, José Mateos y Belén de la Cuadra, delegada de urbanismo, en representación del Ayuntamiento de Jerez

Un momento de la presentación de 'Contra el júbilo', de Francisco Bejarano.
Un momento de la presentación de 'Contra el júbilo', de Francisco Bejarano. JUAN CARLOS TORO

Los Claustros de Santo Domingo acogieron el pasado jueves la presentación del libro de poemas Contra el júbilo (Editorial Renacimiento, 2024) del escritor Francisco Bejarano. El acto contó con mucho público. Y es que, como remarcó el profesor y escritor Fernando Taboada, han pasado más de veinte años desde que Francisco Bejarano presentó su último libro de poesía. Por eso comparó la aparición de Contra el júbilo con un acontecimiento astronómico extraordinario, como el paso de un comenta o la conjunción de varios cuerpos celestes. Fernando nos aclaró el porqué de esta tardanza en publicar. A Francisco Bejarano no le gusta salir de la rutina. Es un hombre de costumbres bastante estrictas. Además le cuesta mucho sentarse a escribir poesía. Hace un par de años Francisco Bejarano aceptó el compromiso de publicar un libro de poemas, y aquí lo tenemos, una obra que proporciona al lector grandes ratos de placer y felicidad, a pesar de lo que anuncia el título, subrayó Fernando Taboada.

"El título de este libro es una pura contradicción. Como su autor, que puede ser profundamente melancólico y profundamente divertido, desdeñoso y al mismo tiempo cercano y entrañable”, recalcó el escritor José Mateos. Después de haber despreciado y rehuido la poesía en tantas ocasiones, Francisco Bejarano regresa con un libro que ofrece mucho júbilo a los lectores, explicó Mateos. El poeta recordó la amistad que le une a Bejarano. Y le agradeció todos esos relámpagos de belleza, literatura y alegría que han compartido. “A Paco le debemos orientación, amigos y sobre todo esos días de eterna juventud y felicidad, es decir, le debemos júbilo". Recordó José Mateos las reuniones literarias hasta la madrugada, donde se leía poesía, se escuchaba música y se hablaba con los mejores escritores…

Bruno Escobar nos explicó que conoce bastante bien el libro Contra el júbilo, ya que lo ha visto crecer e ir tomando forma a lo largo de un par de años. “Presenciar el misterio de la creación de una obra puede llegar a fascinarnos”. Nos contó que desde la editorial le pidieron a Francisco Bejarano una frase que sirviera de reclamo para promocionar el libro. La propuesta del autor fue: “Una nueva aparición del fantasma de Francisco Bejarano”. Aunque no llegó a utilizarse esa frase, Bruno Escobar cree que sí recoge una de las características del poeta. Después de veintidós años vuelve a la poesía. “Y ha sido una vuelta llena de desencanto, pero también impetuosa”, afirmó Bruno. 

Un instante de la presentación en Los Claustros de Santo Domingo
La presentación tuvo lugar en Los Claustros de Santo Domingo. JUAN CARLOS TORO

En las primeras versiones de algunos poemas, Bejarano parecía ofrecer una especie de prontuario cínico y crítico contra la sociedad. Sin embargo, una lectura de la obra acabada revela que ese no es el verdadero camino del libro, aclaró Bruno Escobar. En el libro sí que aparece un desengaño del mundo. De la fiesta y el júbilo no nace la literatura, sino de la melancolía. “En Contra el júbilo los libros se vuelven vengativos, los consuelos inservibles y los recuerdos matan”, aclaró Bruno. Bejarano piensa que no hay que ir a ninguna parte, basta con aferrarse a la rutina. Y solo queda buscarse a uno mismo en los lugares conocidos, aquellos en los que se desata la reminiscencia de lo que hemos sido... Según Bruno Escobar, en este libro la ciudad ya no aparece. Los poemas brotan en torno a la nostalgia lejana del campo, ese paraíso perdido, y el refugio de la rutina y la casa. El amor también es mirado con distancia, como consecuencia del “afeamiento de las cosas mundanas”. Es un libro ensimismado. Francisco Bejarano escribe desde el refugio que se ha construido, desde la lucidez que otorga la soledad. En este libro hay introspección, memoria, nostalgia y melancolía, verdadero alimento de su poesía, resaltó Bruno Escobar.

Francisco Bejarano reconoció que sigue una rutina, hace las mismas cosas a las mismas horas todos los días. Esa rutina le aporta templanza y un gran bienestar. Respecto al júbilo, el poeta matizó que hay dos tipos. Hay un júbilo escandaloso, ese jolgorio de los que tienen que estar contentos por obligación, un júbilo de gente inconsciente. Ese júbilo le inspira “un cierto menosprecio” y es al que se refiere con el título del libro. El otro tipo se refiere al que tiene que ver con la inteligencia, con la diversión culta y elevada. Y Bejarano admite haber pasado buenos momentos con los amigos. Lo que sí dejó claro es que la poesía aparece tras el sufrimiento: “Escribo siempre cuando he pasado una racha de melancolía. La melancolía me ataca desde niño… Me hace sufrir por temporadas”. Bejarano tuvo palabras de agradecimiento para todos los que le acompañan en su día a día: esos amigos que le visitan, charlan con él y le animan a escribir. De hecho, aclaró que “este libro es fruto de una conspiración” de unos cuantos amigos. La sesión concluyó con la lectura de varios poemas.

Una noche

Huyamos del amor aunque esté lejos,
aunque, como es probable, nunca vuelva
con sus ardides para hacernos débiles,
a merced de un tramposo sentimiento
que dice consolarnos en la vida
y nos hace vivir para matarnos.
Viene cargado de promesas vanas
y recorre triunfal todas las artes.
Se va. Deja el dolor y no el remedio
de reparar un corazón dañado.

La casa

He vivido en algunas casas grandes
con portones abiertos al oeste,
habitadas por gente que entra y sale,
voces de lejos y crujir de muebles,
cielos y vientos distintos cada día,
ladridos y humaredas azuladas.
Hubo desdichas, pero no peores
que las que visitaron otras casas.
Casi sin notarlo llegó el silencio,
pero no para mí: crujen los muebles,
oigo mejor que nunca los ladridos,
los cielos y los vientos son los mismos
y distingo las voces de los muertos.

Sobre el autor:

juan carlos gonzalez

Juan Carlos González

Filósofo

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