La sede central de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los conocidos como antidisturbios, tenía un restaurante ilegal en su sótano en el que se elaboraban los menús de los agentes.
Desde 1989 llevaba oculto este restaurante ilícito que, tal y como ha adelantado The Objetive, estaba gestionado por los propios miembros de la UIP. Los que quedaban al cargo de la cocina se libraban de tener que salir a la calle.
Siete integrantes del cuerpo eran los encargados de elaborar los platos para sus compañeros. El menú, tras estar a cinco euros, había sufrido una subida de precio para colocarse en 5,35 euros. En condiciones normales, el restaurante estaba ofreciendo comidas para 200 comensales, que en ocasiones especiales podían subir hasta los 800.
Pero lo más llamativo del asunto, además de ser un negocio irregular, que debería haber salido a licitación pública, es el estado en el que se encuentra la cocina del restaurante. La falta de higiene es total, con ollas y utensilios de cocina sucios y hasta con restos de oxidación.
Chicote, sin pensárselo, daría el cerrojazo a un lugar que no tiene ventilación ninguna y en el que se han visto hasta insectos en el fregadero.
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