El pasado mes de marzo se conocía que César Román, conocido como El Rey del Cachopo, había desvelado cómo asesino en agosto de 2018 a la que era su pareja, Heidi Paz. Tras confesar hace un año la autoría del crimen, en su relato de hace tres meses dijo que su tío, un médico forense ya fallecido, había sido quien descuartizó a la víctima. El asesino también apuntó el lugar –lo dibujó en un croquis– en el que estarían enterrados los restos mortales –la cabeza y las extremidades nunca fueron halladas– de Heidi.
A principios de semana, la Policía Nacional comenzaba en el término municipal de Carraque (Toledo) la búsqueda de los restos de la mujer asesinada por Román. El operativo montado ha estado coordinado por el Grupo de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid y también han formado la Brigada Provincial de Policía Científica y Antropología Forense de la Comisaría General de Policía Científica, unidades de Prevención y Reacción de las Brigadas Provinciales de Seguridad Ciudadana de Madrid y Toledo, así como el Grupo de Intervenciones Técnicas (GOIT) y el servicio de Drones de la Unidad Aérea de la Policía Nacional.
Un amplío dispositivo de medios humanos y técnicos
Durante el dispositivo se ha inspeccionado la zona con un georradar y realizado un mapeo en 3D. Varias partes del terreno han sido removidas con una perforadora y una retroexcavadora. En la búsqueda también se ha contado con un detector de metales. Pero a pesar de los medios materiales y humanos empleados, no se ha encontrado nada relacionado con la víctima, cuyo torso fue hallado en una maleta en una nave alquilada a nombre de su asesino.
Al no haberse encontrado todo el cuerpo y no poder determinar las circunstancias exactas de la muerte, al Rey del Cachopo no se le pudieron aplicar agravantes, siendo condenado en 2021 a 15 años de prisión. Antes de comenzar la búsqueda de los restos mortales de Heida, su familia indicó que todas las confesiones realizadas por Román desde la cárcel no eran más que "paranoias".
