La nueva ley de protección animal obligará a la esterilización forzosa de todos los perros que vayan a particulares

La Real Sociedad Canina advierte de que esta práctica puede acarrear consecuencias "negativas" para la salud de los animales y es "peligroso" para la herencia recibida de selección de razas

Algunos perros en la protectora Galgos del sur.
Algunos perros en la protectora Galgos del sur.

La Real Sociedad Canina de España considera que el borrador del anteproyecto de ley de protección y derechos de los animales es "un buen punto de partida con matices" que recoge varias de las propuestas que la entidad ha trasladado al Gobierno, pero se opone a las castraciones o esterilizaciones "prácticamente sistemáticas" que son perjudiciales a corto y largo plazo.

El presidente de la RSCE, José Miguel Doval, opina que es necesaria una ley nacional que unifique las normativas autonómicas y de "coherencia" a todo lo que existe en España, aunque prevé que el texto, tal y como está plasmado generará oposición entre las comunidades autónomas por posible intromisión en sus competencias.

"Es un buen punto de partida, aunque con matizaciones importantes", ha señalado Doval, aunque espera intentar solventar las deficiencias de la propuesta durante el plazo de alegaciones y a través de los contactos que mantienen con la Dirección General de Derechos de los Animales, con las que han mantenido diferentes reuniones.

Entre las cuestiones a matizar, Doval estima que hay que regular de otra manera la "obligación de esterilización forzosa" de todos los ejemplares no destinados a la cría y que vayan a particulares. "Establecer la castración como medida generalizada sin que existe razón médica no tiene sentido. Solo debe realizarse bajo consejo veterinario pero no para controlar posibles reproducciones sino por que sea beneficiosa para cada individuo", asegura.

De ese modo, advierte de que esta práctica puede acarrear consecuencias "negativas" para la salud de los animales y es "peligroso" para la herencia recibida de selección de razas, al tiempo que puede poner en peligro la diversidad al eliminar animales que podrían ser utilizados en reproducciones futuras y reducirá el pool genético, lo que puede contribuir a aumentar las enfermedades sanitarias en el futuro.

"Cuanta mayor sea la diversidad, mejor y con esta práctica de esterilización forzosa se reducirá", alerta. Por otro lado, valora que reducirá el número de personas que se dedicarán a la cría porque normalmente esta actividad no empieza como una empresa sino desde un propietario particular de perro que poco a poco se inicia por afición.

De ese modo, insiste en expresar su desacuerdo con la política de esterilización forzosa que, por otro lado, ve "difícil de mantener" un discurso que prohíbe manipular a los perros, por ejemplo para quitarles un espolón en el pie al nacer o cortar uñas a los gatos, pero que al mismo tiempo obliga a someter a los animales a una esterilización, que es una práctica invasiva y con consecuencias, como desequilibrios físicos, hormonales o que pueden dar lugar a enfermedades. "Hay que ir caso a caso", insiste.

Por el contrario, celebra el reconocimiento a los criadores de perros o que las transmisiones de crías se hagan directamente con ellos pero pide que en el registro de criadores puedan participar sin requisitos adicionales aquellos que figuren en la Real Sociedad Canina como tales.

Por otro lado, respecto a la necesidad de realizar un curso de formación antes de tener un perro, para Doval es "un aspecto positivo" de la propuesta normativa porque la formación "nunca está de más", pero en este caso debe ser "incluyente" y no suponer un gasto adicional al propietario. En todo caso, cree que esa propuesta debería ir más allá e incluir conceptos de cuidado y bienestar de los animales en el currículo educativo.

Respecto a la formación, aboga también porque exista un catálogo de formación reglada para aquellos que quieran dedicarse a criar, adiestrar o tener una peluquería canina. "Como entidad nos gustaría contribuir con la experiencia que tenemos", asevera.

Finalmente, celebra la modificación que hará que los perros no serán clasificados por la potencial peligrosidad de su raza, sino que estos sean calificados por el carácter individual de cada uno.

En definitiva, valora que el borrador de la ley es un punto de partida positivo que tiene que trabajar distintos aspectos y unificar los criterios en toda España, para favorecer el bienestar animal sin poner en peligro su existencia.

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