Parece que la cercanía del fin de la pandemia deja de ser una sensación y empieza a estar corroborado por los datos. Fernando Simón dio este lunes un paso más en esta cuestión y anunció por primera vez en muchos meses que, una vez bajado de los 150 casos por 100.000 habitantes, cosa que se ha logrado este 18 de mayo, se podría abrir el debate sobre la obligatoriedad de las mascarillas en espacios al aire libre, algo que en otros países de nuestro entorno como Alemania o Portugal ya es una realidad.
Sin embargo, el consejero de Salud y Familias de Andalucía, Jesús Aguirre, se ha mostrado de forma tajante en contra de eliminar esta medida haciendo referencia a que los expertos del Gobierno andaluz no lo recomiendan “hasta que no haya un 70% de vacunados”. De hecho, Aguirre ha definido la mascarilla como el arma más potente para luchar contra el covid después de la vacuna, aunque no ha aclarado si tiene un impacto real en la transmisión de contagios al aire libre o si únicamente es una medida necesaria para evitar la relajación de la población, algo en lo que ha insistido en un par de ocasiones.
Actualmente, la mayor preocupación está en las celebraciones y reuniones familiares. Si bien es cierto, como argumenta el consejero, que tras la caída del Estado de Alarma no se pueden limitar las reuniones en domicilios particulares, la Junta mantiene las competencias de aforo de salones de celebraciones. Prácticamente la totalidad del territorio andaluz se encuentra entre el nivel 2 y nivel 3 de alerta en la denominada “transición andaluza”, lo que significa que, en este tipo de eventos, en lugares interiores pueden congregarse entre 100 y 200 personas. Una capacidad que el Gobierno andaluz podría limitar aún más cuando quisiera pero que, de momento, no ha manifestado tener intención de hacerlo. Aun así, tanto Aguirre como Bendodo han pedido prudencia para evitar rebrotes ante el estancamiento que han sufrido los datos tras dos semanas de bajada.
El dato positivo es la bajada en la media de edad de contagios, lo que supone que la presión hospitalaria continúe bajando. Desde la Junta confían en que, en los próximos días, Andalucía tenga parámetros de incidencia acumulada similares a los de la media española ya que, ahora mismo, se sitúa veinte puntos por encima.
Nuevas críticas por la campaña de vacunación
El consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, ha felicitado con su habitual carga irónica al Gobierno de España por "rectificar en el reparto de vacunas”. Desde Andalucía se llevaba tiempo solicitando que el criterio a seguir fuera el de población total en lugar del de población diana, ya que esto repercutía negativamente en el número de entregas que recibía Andalucía. Pese a ello y lo contradictorio que pueda llegar a sonar, la Junta va a seguir repartiendo las vacunas por las provincias andaluzas en base a criterios de población diana.
Además, Jesús Aguirre volverá a solicitar en el Consejo Interterritorial la autorización del Ministerio de Sanidad para administrar el fármaco de AstraZeneca a menores de 60 años. De momento, la Junta ha comenzado a vacunar con la segunda dosis a las 71.000 personas que se quedaron colgadas. Durante esta semana también se comenzará a dar cita al grupo de edad comprendido entre los 50 y 55 años, así como a personas sin hogar, temporeros, inmigrantes, y personas que viven en asentamientos. La intención del Ejecutivo es que el 31 de mayo haya un 52% de la población andaluza con algún tipo de inmunidad. La vacunación está funcionando y así lo demuestra que, en datos de la Consejería de Salud, sólo haya un caso positivo en las 1.100 residencias de Andalucía.
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