Cádiz, tierra de pescaíto frito, también ofrece rincones de su escena gastronómica dispuestos a asombrar a los comensales. En la provincia, es posible escapar de la caballa, el atún o las puntillitas para dar al estómago una alegría diferente. Propuestas culinarias poco comunes elaboradas por vecinos de Colombia, Yemen, Africa, Chengdu en China o Marruecos, que no dejarán a nadie indiferente este verano.
La Komuna en Chiclana
Un 'street food' sin gluten que "se come con las manos" en Chiclana. Santiago Moncada, de 26 años, ha abierto un nuevo establecimiento para ofrecer empanadas o tacos artesanales, muy populares en la cocina latinoamericana. El colombiano que aterrizó con su familia en España hace más de dos décadas apuesta por traer un trocito de su tierra a su local, cuya decoración está inspirada en sus calles llenas de grafitis. En sus mesas hay patacones, arepas, empanadas, tacos. Una oferta poco común en el templo de los langostinos y los chicharrones.
Flamenkana en Jerez
La abogada Helen Ocusi, nigeriana criada en Londres, cambió su trabajo en el despacho por los fogones y saca delante su propio establecimiento hostelero donde busca fusionar la comida de Nigeria, Senegal y Marruecos con actuaciones de flamenco. En este local aplica los conocimientos culinarios que aprendió en el seno de su familia. “Mi madre siempre ha tenido tiendas de pescado y se ha dedicado a esto. Tengo experiencia en cocinar para la familia y en fiestas grandes”, añade. Una de las estrellas de la casa es el arroz Jollof, acompañado de plátano frito. En su carta también ofrece pastela de pollo marroquí, garbanzos al curry con calabaza o Akra, un plato común de Nigeria que consiste en buñuelos fritos aliñados de judías, cebollas y guindillas.
Puerta del Edén en Cádiz
Wail Dammag y Wasim Amoeiri han inaugurado este establecimiento en el barrio de El Pópulo, donde ofrecen platos típicos de Marruecos, Siria, Yemen o el Líbano. Los amigos, que estudiaban juntos Ingeniería Electromecánica, se mudaron a España y, tras trabajar en hostelería, han abierto su propio negocio, el primer restaurante árabe de la capital con comida 'halal'. En este coqueto local se pueden probar platos que se comen en las casas de los vecinos de los países del golfo Pérsico. Hay entrantes y platos principales, cocina tradicional de Siria, de Marruecos o del Líbano. Una mezcla cultural oriental que contempla el 'mandi' yemení, una opción “muy conocida” que consiste en arroz basmati con pollo especiado cocido al vapor. “También hacemos cuscús, tajine y shawarma sirio, de pollo o ternera”, explican.
Kiri en Jerez
La familia Yi lleva casi cinco años ofreciendo en el restaurante Kiri una diversidad de platos insólitos inspirados en una cocina intercultural. Se desplazaron de Chengdu, capital de Sichuan (China), para obtener independencia y poder lograr que su cocina brille por méritos propios sin ayuda de sus familiares. La comida del Kiri busca que sus clientes experimenten una cocina coreana fusionada con la española. Por eso, sus productos son de la tierra pero usan "especias que nos las mandan directamente de China".
Casa Yemení en Jerez
Hace 4 años, Ghazi Naseer vino a España huyendo de la guerra que azotaba su Yemen natal y se instaló en Jerez. Sin tener ninguna experiencia en el sector hostelero, Ghazi decidió embarcarse en una arriesgada aventura. "Contamos con recetas de nuestros antepasados que hoy en día se han transformado. Nuestra intención es permanecer fieles a cómo se cocinaba antiguamente", explica Ghazi. El arroz es un pilar fundamental de su gastronomía. Como la mayoría de productos que utilizan lo traen desde Yemen, se cocina mezclado con verduras y cuenta con la peculiaridad de ser más fino y alargado que el que se consume habitualmente en España. La carne de pollo, ternera o cordero también se consume muchísimo.
Comentarios