Los afectados denuncian que insistían en el lanzamiento de los artefactos en la asociación de vecinos de la barriada de Santa Isabel y que llegaron a propinarles "puñetazos y patadas"
El estruendo que acompaña a estos artilugios puede provocar temblores, taquicardias, aturdimiento, pérdida de control, terror e incluso la muerte a animales