Los rostros tras la caída de Abengoa en Sevilla: "Mi hijo quería que devolviera el dinero de sus estudios"

La multinacional sevillana está a punto de caer y con ella miles de familias se irán al paro; lavozdelsur.es habla con varios de los afectados que se encuentran acampados en la Plaza de España

Pepelu en la manifestación de Abengoa.
Pepelu en la manifestación de Abengoa. MAURI BUHIGAS

El fin de Abengoa se acerca si nada cambia en los próximos días. La mala gestión ha acompañado a la multinacional sevillana durante la última década y el cambio en la dirección de la compañía, ocurrido hace algo más de un año, no parece haber tenido los efectos deseados.

La negativa de la SEPI, esta misma semana, para rescatar la empresa ha sido el último palo que han recibido todos los que la conforman. Los días han estado protagonizados por acusaciones políticas entre las administraciones para dejar claro de quién es la culpa. Pero detrás de todo esto hay trabajadores, y sus familias, que ven que en poco tiempo pueden ir al paro. En total, se calculan que hay 11.000 afectados por la quiebra de la multinacional en todo el país, entre puestos directos e indirectos. Casi la mitad en Sevilla.

Muchos de ellos se encuentran acampados en Sevilla, por la parte trasera de la Plaza de España. Antes ya habían tenido un encierro en la sede de la empresa. Desde ahí surgen gritos reivindicativos cada mañana y se organizan marchas hacia las diferentes sedes institucionales. El pasado martes el destino fue el Ayuntamiento de Sevilla, con el alcalde encabezando la pancarta. Antonio Muñoz pidió una reunión entre Junta y Gobierno que se celebrará el próximo lunes con la asistencia de Rogelio Velasco, consejero de Transformación Económica, y Reyes Maroto, ministra de Industria. Los trabajadores concentrados reconocen y agradecen la labor del alcalde. El pasado miércoles el recorrido fue hasta el Palacio de San Telmo, sede de la Junta de Andalucía. Cada una de esas personas tiene rostro y una historia detrás que se tambalea.

Fuensanta

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Fuensanta durante la manifestación.   MAURI BUHIGAS

Una de las que no falta a nada es Fuensanta Hernández, conocida como Santi entre los compañeros. Aunque se emociona con facilidad por la situación, se mantiene en la primera línea. Estuvo hace dos semanas en el encierro del campus de Palmas Altas y está presente en la acampada con cierta decepción por la falta de gente. "Me da mucha pena que seamos tan pocos aquí porque en el campus somos 800 trabajadores", comenta sobre la concentración, en la que hay entre 200 y 300 personas.

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Muchas familias ven peligrar sus puestos de trabajo.   MAURI BUHIGAS

Tras 23 años seguidos en la empresa, aunque 26 en total, hay muchas posibilidades de que en breve acabe todo. Ella sigue optimista, "no está todo perdido". Eso sí, la situación ya afecta directamente a su familia. Tras dos semanas en la calle está sola con su hijo mientras su hija está con su padre. Él tendría que comenzar a estudiar este año, pero tiene dudas, "quería que devolviera el dinero que he pagado por sus estudios porque dice que no nos podemos permitir el lujo de tirar ese dinero", explica Fuensanta antes de señalar que está intentando convencerlo, pero no la tiene todas consigo, "él dice que se espera y estudia dentro de un par de años, cuando esté todo resuelto".

Todo lo que saben sus hijos sobre la situación ha sido a través de ella, "no lo engaño, están los medios y se lo pueden contar en cualquier momento. Además, conoce a mucha gente en la empresa porque yo ya estaba aquí antes de que naciera". A pesar de todo, aunque "lo pasa mal", Fuensanta deja claro que "vamos a luchar".

Leonor

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Leonor junto a sus hijos en la manifestación.   MAURI BUHIGAS

"Es una empresa, pero también una familia". Son las palabras que dice Leonor sobre Abengoa, donde lleva más de 15 años. Y en su caso concreto es completamente cierto. Entró soltera y ahora está casada y con dos hijos. Su marido también es trabajador de la empresa y sus hijos – de 9 y 13 años – la acompañan en la manifestación. Él con el tambor y ella con una pancarta en la que se pide una solución para Abengoa. Leonor es de Barbate y no tiene con quién dejarlos durante las protestas en Sevilla.

Ahora mismo trabaja en la documentación técnica de la multinacional. En sus 15 años ha pasado por varios proyectos y departamentos. "Me han visto soltera, con barriga, cuando me case. Pensábamos jubilarnos aquí los dos y la situación ahora es precaria porque son los dos miembros los que nos podemos quedar sin trabajo", explica para lavozdelsur.es minutos antes de comenzar la marcha hasta el Palacio de San Telmo.

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Los trabajadores llevan varios días acampados en la Delegación del Gobierno.   MAURI BUHIGAS

Sobre sus hijos cuenta que "están descolocados" y que preguntan "¿a partir de ahora qué?". Nada de eso puede con el ánimo de Leonor, al menos de momento. "Yo quiero ser positiva, cuando llegue el momento a ver cómo lo tratamos. Es una empresa tan importante, con tantos trabajadores que no se puede quedar así".

La situación actual no es la misma que Leonor conoció al principio de su trayectoria en la empresa, "cuando entré estaba en auge. Cada 20 minutos se recibía a un compañero de distinto sitio y se estaba ampliando fronteras". La situación es muy distinta desde hace unos cinco años y la pandemia ha terminado de agravarla. Seguramente sea de las personas que más esperanza tiene de las allí presente a pesar de que tanto ella como su marido se quedarían sin trabajo, "la gente está un poco deprimida, pero yo intento juntarme con gente positiva y ser positiva, dándolo todo". Este verano, aprovechando el teletrabajo, irá a casa de sus padres en Barbate, donde sus hijos podrán disfrutar de la playa dos meses y no sólo durante el periodo habitual de vacaciones, "intento buscar de lo malo la parte positiva".

José Luis

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Pepelu fue de los más reivindicativos.   MAURI BUHIGAS

A la cabeza de todo, megáfono en mano e iniciando cánticos, va José Luis, más conocido en la empresa como Pepelu, un ingeniero industrial que lleva once años en la empresa. Antes de empezar la marcha desde la Plaza de España nos cuenta su relación con Santi (Fuensanta). El día antes, narra Pepelu, cuando ya estaba exhausto, Santi se le acercó poco antes de acabar la marcha hasta el Ayuntamiento de Sevilla para decirle que lo quería. Relata el cabecilla de los cánticos que, en ese momento, cuando no podía más, le transmitió tan buenas sensaciones que improvisó un discurso final por el que lo felicitaron todos los presentes.

"A pesar de tener otras opciones o haberme planteado la búsqueda de otro trabajo por la situación actual, he apostado personalmente, tanto yo como mi familia que me sigue y me apoya, para luchar por la empresa y quedarnos hasta ver una solución final. A riesgo de que esto caiga", manifiesta de forma tajante. Si cae, no sólo Pepelu saldrá a buscar trabajo, también los miles de compañeros que tiene, "me quedo a riesgo de que esto caiga, caigamos miles de personas a buscar empleo y tenga menos posibilidades por el tema de la oferta y la demanda", dice mientras se dirige a una de las ventanas de San Telmo para empezar un cántico con el que le pide mediación a Elías Bendodo. "Elías Bendodo, sácanos del lodo".

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Unos 300 trabajadores marcharon hasta San Telmo.   MAURI BUHIGAS

Si todo sale mal, la situación de este ingeniero no sería fácil, "mi mujer no trabaja, el único ingreso que entra en la casa es el mío. Tengo mellizos. Si esto se fuera a pique solo tendríamos el paro y casi no me llegaría para cubrir la hipoteca", lamenta. Reconoce mientras anda que el ánimo se ha contaminado con las últimas noticias, pero a la vez "ha resurgido un espíritu de lucha, compañerismo y fe". En sus once años también ha vivido muchas situaciones, pero recuerda una con especial cariño, "me quedo con la ocasión en la que abrimos el mercado sudafricano. Me llenaba de orgullo la situación de ir representando a una empresa sevillana, andaluza y española".

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y así lo muestra, "espero que el Gobierno abra los ojos y la Junta empuje por todo esto y busque una solución para que una empresa que da trabajo a tantísimas familias no quiebre" antes de que se pueda convertir en el concurso de acreedores más grande de la historia de España. Eso sí, recrimina a la Junta el no haber avalado el rescate con 20 millones, "todos sabemos que cuando hay interés se crean nuevos medios e instrumentos para hacerlo".

Sobre el autor:

Emilio Cabrera.

Emilio Cabrera

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