Un hombre de 44 años permanece hospitalizado en estado crítico en un hospital de Valencia tras confirmarse que contrajo el virus de la rabia durante un viaje a Etiopía en julio del año pasado. Según fuentes sanitarias, el paciente sufrió una mordedura de perro en la pierna derecha durante su estancia en el país africano. Aunque limpió la herida, no acudió a ningún centro médico porque la evolución inicial fue aparentemente buena. “No consideré necesario consultar a un médico”, habría explicado el propio afectado tras su regreso a España.
Los síntomas comenzaron a manifestarse varios meses después, lo que concuerda con el periodo de incubación del virus, que puede extenderse desde tres semanas hasta un año. La rabia se transmite a través de las células del sistema nervioso, que transportan el virus hasta el cerebro, donde este se multiplica y desencadena los primeros signos clínicos de la enfermedad.
Diagnóstico tardío y consecuencias irreversibles
La alerta sanitaria se activó el pasado 26 de mayo, cuando las autoridades de la Comunidad Valenciana notificaron el caso al Ministerio de Sanidad. Cuatro días después, el Centro Nacional de Microbiología confirmó la presencia del virus de la rabia en las muestras del paciente. Tanto él como su esposa, identificada como el único contacto de riesgo, recibieron el protocolo completo de vacunación antirrábica y administración de inmunoglobulina. Mientras ella se encuentra en buen estado, la evolución del hombre es desfavorable y sin signos de mejora.
Los especialistas advierten que, una vez aparecen los síntomas, la mortalidad es prácticamente del 100%. Entre los signos iniciales se encuentran fiebre, cambios de comportamiento, náuseas, hidrofobia, fotofobia, salivación excesiva y, en estados avanzados, convulsiones. “La rabia es prácticamente mortal una vez que se manifiestan los primeros síntomas clínicos”, alertan los expertos consultados.
El tratamiento efectivo contra la rabia se basa en la prevención inmediata tras una mordedura, no en la cura una vez avanzada. El protocolo de postexposición incluye la administración de inmunoglobulina antirrábica para proporcionar una defensa inmediata, además de cuatro dosis de vacuna que permiten al sistema inmunológico atacar el virus. En este caso, el afectado no recibió el tratamiento a tiempo, lo que ha agravado su estado.
España, declarada libre de rabia en 1978
España fue declarada libre de rabia en 1978 por la Organización Mundial de Sanidad Animal gracias a campañas de vacunación masiva de animales domésticos. Sin embargo, el riesgo sigue presente en zonas fronterizas como Melilla, donde ocasionalmente se detectan casos en perros callejeros procedentes de Marruecos.
En los últimos años, se han registrado algunos fallecimientos por rabia en territorio español vinculados a exposiciones en el extranjero. En 2019, un hombre murió en Bizkaia tras ser mordido por un gato infectado en Marruecos. Cinco años antes, una mujer falleció en Madrid en circunstancias similares. A nivel mundial, la rabia provoca unas 60.000 muertes cada año, principalmente en países con acceso limitado a recursos sanitarios.