Ha sido una de las mañanas más frías de lo que llevamos de invierno en Sevilla. Desde minutos antes de la once de la mañana, en la entrada de los Jardines de Murillo que cruza con la calle San Fernando, una decena de manos sostenían una pancarta. En ella, dos fotos de Marta del Castillo y un lema "España no te olvida, la Justicia sí. ¿Por qué?". Este 24 de enero se cumplen 14 años del asesinato de esta joven sevillana y al frente, como siempre, José Antonio Casanueva, su abuelo. A su lado, varios amigos que no lo dejan solo. Los padres de Marta, sin embargo, no tienen fuerzas para acudir a este tipo de actos, comenta José Antonio Casanueva.
Pasan los minutos en silencio frente a un aluvión de medios. Poco a poco se van acercando ciudadanos para mostrar su apoyo. Muchos de ellos piden un cartel con la cara de la joven asesinada que va repartiendo uno de los acompañantes del abuelo. Por allí se asoma un estudiante extranjero que pregunta sobre la situación. Su compañero le cuenta el caso que conmocionó a Sevilla, Andalucía y España. Otro hombre pide un boligrafo para escribir detrás del folio 'Jueces y Fiscales, que les pase a ustedes. Sinvergüenzas'. Cada minuto hay más personas detrás de la pancarta y todas ellas piden justicia. Sobresale un ramo de flores que sostiene uno de los presentes. 'No te olvidamos'.
Poco antes de las 11.30 de la mañana da comienzo el acto en las puertas de los Jardines de Murillo. Un fiel acompañante del abuelo de Marta lee un manifiesto mientras sostiene un pequeño megáfono, aunque se le escucha a viva voz. Un homenaje "para que su asesinato y la injusticia que se está cometiendo con ella, nunca se olvide". El objetivo de esta pequeña concentración lo comentaba el propio José Antonio a los allí presentes: dejar un ramo de flores en la puerta del juzgado de Sevilla junto a una foto de la joven para "remover la conciencia" a los jueces que pasen por delante.
En el discurso de nuevo la súplica de poder encontrar el cuerpo para poder descansar de una vez, tanto ella como su familia. "Han sido 14 años de torturas psicológicas y físicas ya que el sufrimiento te va anonadando y enterrando en vida", continuaba el comunicado. "Te convertiste en la reina del Guadalquivir y el Guadalquivir, como tú, seguís vivos y siempre lo estaréis en nuestros corazones".
Un poema pasaba la palabra a José Antonio que con la voz quebrada daba las gracias a los amigos que lo acompañaban. "No lo hacemos sólo por Marta, lo hacemos por esas criaturas que han desaparecido y no sabemos nada", señalaba Casanueva que también tenía palabras de recuerdo a los últimos casos de violencia de género ocurridos en Valladolid. El abuelo de lajoven asesinada también ha vuelto a mostrar su decepción en la justicia, "no creo en ella" y, sobre todo, ha expresado su incomprensión por uno de los asuntos más polémicos del caso: que existan dos sentencias contradictorias. No obstante, no pierde la esperanza, "le pido a los asesinos que nos digan donde está el cuerpo para cerrar este capítulo que nos está matando en vida".
Tras los discursos comenzó una marcha de no más de 200 metros hasta las puertas del Palacio de Justicia. Tras la pancarta ya se asomaban un centenar de personas mostrando su apoyo. Las personas que pasaban por allí no tardaban en reconocer la situación. Frente a una de las palmeras que se encuentran frente a la sede judicial uno de los amigos de José Antonio volvía a pedir el cese de la violencia contra niños, de la violencia contra la mujer por el simple hecho de serlo y el fin de la guerra de Ucrania.
Allí, frente a las salas donde se juzgó el caso sin que nada quedase claro, José Antonio Casanueva depositaba el ramos de flores que había estado presente toda la mañana junto a él. Una foto de Marta rodeó el mismo árbol donde se colocaron las flores y dos minutos de silencio culminaron el acto. Tras esto, el abuelo de la joven volvió a tomar la palabra ante las preguntas de los compañeros dejando claro que está convencido de que los cinco implicados conocen dónde se encuentra el cuerpo. "He dicho que hay una mano negra que pone impedimiento para que no se sepa porque podría implicar a alguna persona importante", afirmaba. Casanueva, a sus 86 años, mantiene la idea de seguir hasta el final, "por fuerza y recursos que no quede".
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