Las elecciones de Castilla y León han cambiado por completo los planes de la Junta de Andalucía y, en concreto, de su presidente, Juan Manuel Moreno. Moreno es el único con potestad de convocar elecciones ya que es competencia exclusiva del presidente la disolución del Parlamento de Andalucía.
Si bien es cierto que la coalición de PP y Cs ha repetido muchas veces que había vocación de acabar la legislatura – más Ciudadanos que Partido Popular – también es cierto que en los últimos meses los populares ya deslizaban mensajes sobre un posible adelanto electoral para el que, antes que nada, ponían determinados condicionantes.
El Partido Popular esperaba una victoria contundente en Castilla y León que permitiera luego aprovechar esa inercia en Andalucía y lograr otro triunfo incontestable para posteriormente aupar al líder nacional, Pablo Casado, a Moncloa. Pese a que en Castilla y León el PP fue el partido más votado, la vitoria no fue tan amplia como se esperaba y eso ha cambiado el discurso del Gobierno andaluz.
Estos días, los populares están defendiendo que del adelanto electoral sólo hablaron desde la oposición y que, mientras el Gobierno está en la gestión, el resto pone "carteles en los autobuses", en referencia al PSOE y Juan Espadas. Sin embargo, eso no es cierto.
Vox lleva varios meses pidiendo un adelanto electoral por las rupturas entre PP y Cs en todo el territorio. Pero el primero que dio pie a los rumores fue el propio presidente, Juan Manuel Moreno, en una entrevista en El Mundo a principios de noviembre, "en febrero veremos si me obligan a adelantar elecciones". Ese condicionante prácticamente ha desaparecido en estos momentos, ni siquiera un bloqueo – que realmente no existe – se esgrime como motivo de adelanto.
Ese mismo mes, en Canal Sur, también mencionó dos fechas que no son la que le corresponden a la legislatura si se competa: junio y octubre. La primera es la preferida por Hacienda para poder elaborar unos presupuestos en tiempo y forma. Tampoco fueron estas palabras de la oposición, sino de Moreno Bonilla.
Aunque el verdadero aviso llegó hace un mes, en Fitur. Moreno, en la presentación del pabellón de Andalucía volvió a poner febrero como fecha decisiva para adelantar las elecciones. Días más tarde bromeaba sobre esta cuestión en mítines de Castilla y León. Tampoco se lo inventó la oposición.
Ahora, tras unos resultados discretos y la opción de que Vox se dispare, el presidente de la Junta defiende que el adelanto "no ha estado nunca presente". El bloqueo se ha convertido en diálogo, "a pesar de que estamos en minoría en el Parlamento vamos a estar trabajando hasta el final, vamos a intentar llegar al máximo posible y agotar la legislatura que siempre ha sido nuestro gran objetivo".
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