El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, es el único legalmente facultado para convocar elecciones anticipadas en Andalucía. Ni el Parlamento ni el conjunto del Gobierno andaluz. Las leyes electorales permiten solo al jefe del Ejecutivo a tomar esta decisión. Los parlamentos pueden plantear mociones de censura, como la de Pedro Sánchez ante Rajoy, lo que no implica elecciones; y el Gobierno andaluz deberá ser escuchado por el presidente. Pero el responsable único sería Moreno Bonilla. Y el calendario comienza a mostrar estrecheces que dan las claves del posible adelanto electoral andaluz.
La Ley Orgánica estatal es subsidiaria de la Ley electoral andaluza. Es decir, en todo lo que no entre la norma autonómica, hay que regirse por lo que diga la nacional. Hay dos cuestiones importantes ante el panorama electoral, y una está en la ley andaluza y otra en la estatal. La primera clave es que en Andalucía no puede haber votaciones entre el 1 de julio y el 31 de agosto. Sí podría lanzarse la convocatoria en esa fecha, y sí puede haber campaña electoral en esa fecha, pero nunca votos en urnas.
Por otro lado, hay un plazo de 54 días, según la Loreg, que es imposible de saltarse si el presidente autonómico es el que adelanta elecciones: casi dos meses entre el decreto de convocatoria firmado y publicado en el BOJA y el día de las votaciones. Y es ahí donde la realidad del calendario es tozuda: Moreno Bonilla tendría que convocar elecciones autonómicas el 4 de mayo para que se pudieran celebrar el último domingo de junio. Y es que el 4 de mayo es el día de votaciones en la Comunidad de Madrid. Faltan dos semanas para esa fecha. Además, el 4 de mayo podría anunciarlo, pero la convocatoria comienza oficialmente cuando se publica en el Boletín. Es decir, con toda probabilidad, el 5 de mayo.
Esto abre varias preguntas. La primera es si el presidente andaluz interferiría en el proceso electoral de Madrid, con posible perjuicio a Díaz Ayuso -o temor a desestabilizar unas elecciones que el PP asume ya como ganadas- con otro giro de volante en la comunidad más poblada de España. Son dos elecciones diferentes, pero, ¿es aconsejable políticamente para los populares?
La otra pregunta es que en lo expuesto hasta ahora se asume como normal una convocatoria de elecciones en domingo, pero ha sido hasta ahora una costumbre, nunca una imposición. Díaz Ayuso votará en martes por eso mismo. Para jugar hasta con el último día del calendario. Podrían celebrarse legalmente hasta el miércoles 30 de junio. Pero, ¿interesa eso al PP? Si los conservadores cuentan con una base de votantes consolidada entre las rentas más altas, ¿interesa a Moreno Bonilla acudir a las elecciones en ese fin de semana del 27 o los últimos días de junio -entresemana- si una parte de esas personas con rentas altas pueden estar ya movilizadas a sus segundas residencias por el periodo estival? La lectura no es baladí, porque pueden desmovilizarse los votos de otros partidos en paralelo -tener una segunda casa en la playa no te hace votante del PP-, pero abre la puerta a sorpresas electorales que, si nos fiamos de los sondeos, implicaría un interrogante. ¿Interesa eso a quien se ve ganador?
Por otra parte, no es menos importante recordar que aún en estas fechas los partidos de la oposición están en periodo de guerras, y eso sí puede beneficiar a Moreno Bonilla. Repasemos el hemiciclo. Cada vez más voces del PSOE piden que se lance a un nuevo candidato, que apunta a ser Juan Espadas, que de ser el elegido tendría que forzar ser conocido en toda Andalucía y sería un candidato con menos opciones que si en un año se da a conocer con fuerza como alternativa en todas las provincias. La otra opción es que repita Susana Díaz, pero en todo caso en un momento en el que descienden sus apoyos internos.
Por su parte, a la izquierda del PSOE hay más dudas. Unidas Podemos continuaría pero no tiene aún candidato. Suena Alberto Garzón, pero Martina Velarde (Podemos) es poco conocida en Andalucía y habría que ver las opciones de que lidere la candidatura Toni Valero. Asimismo, Teresa Rodríguez concurrirá con una nueva marca, y tendrá hueco en el Parlamento si fragua ciertos apoyos, principalmente en Cádiz, aunque los sondeos no son el mejor aliado.
Por último, Cs está en crisis y esos votos pueden ir a parar al PP, mientras que Vox no cuenta en Andalucía podría optar por Macarena Olona como cabeza de lista, pero aún no se ha fraguado nada de ese aterrizaje más allá de algunos actos concretos antes de que se llamara a elecciones en Madrid. Asimismo, parece que Vox se ha reconciliado con la Junta y brindará de nuevo apoyos tras las cuitas por el pin parental, en unas relaciones que públicamente se deterioraron cuando Casado lanzó críticas a Vox, asumidas como faltas de respeto a un socio necesario.
Por todo ello, Moreno Bonilla podría adelantar las elecciones en un momento que quizás le beneficia electoralmente. Es posible que, si no las convoca, hasta acabe lamentándose, porque una derrota a finales de 2021 o a lo largo de 2022 podría ser vista como un error de tiempos, ya que ahora, siempre según sus sondeos, lo tiene todo para repetir como presidente. Solo que el calendario comienza a ponérselo muy difícil.
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