¿Pero Juanma Moreno sabe todo esto…?, pregunta el cronista. “Hombre, Juanma no lo sé, dudo que a Bendodo, que es uno de los tipos más listos que conozco, se le haya escapado”. ¿Y qué es todo esto? En realidad, esto es una autopsia a un partido que pasó del todo a la nada. Un suflé que tal y como subió se desinfló sin remisión en apenas tres años y medio. Un fenómeno político nacional de todo lo que no hay que hacer que, quién sabe, podrá ser estudiado en el futuro en las más prestigiosas universidades norteamericanas. Una crónica de una muerte que, no por anunciada, ha podido evitarse tras el pasado 19J.
De ser decisivo con 21 diputados en el Parlamento andaluz en diciembre de 2018 y posibilitar, junto con los 26 parlamentarios del PP, el cambio en la Junta de Andalucía tras 37 años de gobiernos socialistas, Ciudadanos es hoy en la comunidad un cadáver con cero escaños. Un muerto que, si sigue vivo, es gracias a los recursos que brindan sus concejales en los municipios —aún cogobierna en algunas poblaciones, como San Fernando o Sanlúcar, en Cádiz— y sus diputados provinciales. Todo esto, auguran, “prácticamente se extinguirá en once meses, cuando lleguen las municipales. Es muy triste que un proyecto político tan necesario en España haya acabado así”.
De tener la vicepresidencia del Gobierno andaluz en manos de Juan Marín, hoy muchos de los ex que engrosaban sus filas han vuelto a sus profesiones o, en el peor de los casos, siguen dando bandazos a ver a qué ascua se arriman en el futuro organigrama andaluz del nuevo ‘califa' Juanma Moreno. Marín ha dimitido como responsable andaluz del partido y asegura que no formará parte de dicho organigrama, aunque hay ofrecimientos que ya se han filtrado. Ofrecimientos, por cierto, que en la clave friki-política no dan puntada sin hilo.
Un grupo de Telegram contra Juan Marín
El día que iban a matar a Ciudadanos en Andalucía comenzó con la creación de un grupo de Telegram —nos enseñan capturas de aquel grupo—. Había estallado la pandemia. Estamos en el confinamiento y hay más tiempo para jugar a las conspiranoias. Allí se reunieron, según han relatado diferentes fuentes del partido en Andalucía a lavozdelsur.es —algunas de estas voces participaron al principio de aquello—, la “ambición desmedida” de Rocío Ruiz, todavía consejera de Políticas Sociales e Igualdad en funciones, y Sergio Romero, ex portavoz parlamentario y con un “odio enfermizo” a Juan Marín. Allí muchos ya vieron el principio del fin.
Ruiz, parlamentaria por Huelva en las autonómicas de 2018, “llegó como independiente de la mano de Fran Hervías” —el remedo de factótum que salió corriendo al PP cuando vio la que se avecinaba y que ahora ha sido despedido por Feijóo—. “Ella venía a ser consejera y nosotros estábamos desde el principio en contra de los políticos profesionales, pero no se ha podido evitar la entrada de mercenarios”, aseguran estas fuentes de Cs en Andalucía.
A finales de 2020, cuentan, hubo un almuerzo de Hervías y Ruiz con Susana Díaz, ex lideresa del PSOE, y la maquinaria de la posible moción de censura estaba en marcha. En el primer trimestre del pasado año, vinieron los terremotos de las mociones en Castilla y León, Murcia y el anticipo de Díaz Ayuso en Madrid. “Había diputados del PSOE defenestrados por Díaz que nos alertaban de estas reuniones y de cómo Romero estaba todo el día con parlamentarios socialistas como José Fiscal. Ruiz aseguraba que tenía 13 diputados con ella para la moción, pero eso era falso”.
Sin embargo, cuando recuerden a Juan Marín en los debates de la pasada campaña salvando la cara al Gobierno de la Junta hay que tener en cuenta que lo realmente decisivo llegó un año antes. “Marín abortó todo eso en lo que habían estado trabajando. Se reunió con el grupo y dijo que ni locos se iba a devolver la Junta al PSOE de Susana Díaz con lo que había costado desalojar 37 años de gobiernos socialistas”, aluden diferentes fuentes de la formación naranja. Pero es más, “hubo dos intentos de cese de Rocío Ruiz, por cagadas suyas, en los que incluso intervino el presidente: o se corregía, o estaba en la calle”, recuerdan.
Ruiz no aparece en las primarias
Tras este truculento episodio interno, llegaron las primarias para elegir al candidato de Cs a la Junta. Rocío Ruiz, a la que muchos aguardaban en la comparecencia, no apareció. Marín libró la batalla contra otros ocho candidatos, especialmente contra su ex portavoz adjunto, Fran Carrillo, que a la vista de lo ocurrido, afirman estas fuentes, “es increíble cómo un hombre culto y con tan buena oratoria pudiera caer en esa trampa de ser el tonto útil en las primarias”.
¿Por qué no se presentó Ruiz? Estas voces internas sostiene que, “como protegida de Inés Arrimadas que es, cuya ejecutiva “ha mirado para otro lado y ha instado en todo este tiempo a resolver estos conflictos ‘de cervezas', pactó con ella que no se presentaría a cambio de ir como número 1 por Cádiz", desplazando a Marín y ansiando al menos obtener un diputado en una de las provincias donde el tracking —las encuestas de toda la vida— era ligeramente favorable. ¿Pero no se suponía que Arrimadas tenía feeling con Marín?, pregunta el cronista a las fuentes. "No, no lo tiene". El sanluqueño, pese a su popularidad a pie de calle, no controla el partido en su provincia. "Aquí ha mandado a la que su séquito llama la jefa, Marín recibía cariño en las calles, pero no controla el partido", insisten. Desde que se filtró aquel audio de Marín diciendo que era "estúpido" negociar un Presupuesto en año electoral hasta lo que ocurrió hace poco más de una semana, todo Cs en Andalucía "ha vivido una gran agonía sin paliativos".
Y llegó la campaña
“Llegó a la campaña en tromba (por Ruiz), colocó a gente de Cádiz en su Consejería y eso le hizo controlar el partido, pero a los que estábamos aquí nos ha desplazado. Sin conocimiento de la provincia no ha contado con nadie de los que hemos estado aquí partiéndonos la cara”, afirman fuentes de Cs en la provincia. Y así llegó el 19J tras una campaña turbulenta, solo sostenida por las torrijas de Marín que desactivaron a Olona. Otra buena marca en la hoja de servicios del sanluqueño.
Finalmente, la autopsia determina que la muerte se produjo por fallo multiorgánico, exceso de ambición y torpeza al medir los riesgos y esfuerzos. La ejecutiva nacional no impidió la masacre. El enroque parece que sigue vivo, pese al certificado de defunción. En campaña, Romero, que al parecer estuvo alimentando el “atentado contra Marín y la voladura del cambio en Andalucía”, anunció en la misma campaña del 19J que votaba a Juanma Moreno. Rocío Ruiz no obtuvo finalmente ningún escaño, “pero anda presionando para seguir”. Y Ciudadanos en Andalucía es hoy un cuerpo en el suelo al que han hecho la típica silueta con tiza que simboliza toda la escena del crimen. Entre todos lo mataron y él solito se murió. Pero quedan testigos, defraudados pero vivos. Visto lo visto, aseguran las mismas fuentes, “Juan Marín no sería el mejor candidato, pero era lo mejor que teníamos, y desde luego es buena persona y ha tenido dignidad”.
Este periódico ha intentado recabar la versión de Rocío Ruiz, pero fuentes próximas a la todavía consejera se han limitado a afirmar que todo lo anteriormente narrado es falso: “Todo esto es mentira”.
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