La residencia escolar Rancho Colores, en el acceso Sur de Jerez y junto al colegio de sordos Nuestra Señora de La Merced, se cae a pedazos. Según ha denunciado a lavozdelsur.es la sección de Educación del sindicato CSIF las instalaciones, muy deterioradas por el paso del tiempo y la ausencia total de inversiones, han sufrido en la última semana importantes daños, como la caída de parte de un techo de una zona común, en concreto de la sala de juegos. "Es un milagro que no le haya pasado nada a ningún alumno jugando allí", han declarado desde el sindicato, que ha alertado de la situación a la Consejería de Educación y Deportes de la Junta de Andalucía, titular del centro.
"Los daños van a más", advierten. Solo hay que ver las imágenes proporcionadas por CSIF para comprobar el estado lamentable de este equipamiento educativo, que recibe anualmente a diferentes alumnos, en su mayoría procedentes de la Sierra de Cádiz, que cursan estudios de grado medio en Jerez. En este curso hay un total de 45 alumnos alojados en la residencia, becados para evitar los desplazamientos que les supondría diariamente desplazarse a sus municipios de origen y que cursan grados de Cocina, Mecánica, Chapa y Pintura, entre otros, en centros educativos públicos de la ciudad.
La dirección del centro en estos años, como confirman desde el sindicato, "ha ido tapando goteras y arreglando como ha podido desperfectos a partir de fondos propios", pero en este momento no hay ni siquiera cubierta la plaza de encargo de mantenimiento.
El centro cuenta con varias décadas de vida y se construyó a principios de los 80, al igual que el colegio de sordos, para el que en el Presupuesto de este 2021 la Junta de Andalucía sí ha consignado partidas para su rehabilitación. Aparte del alumnado que se aloja en el centro, hay al menos "35 o 40 trabajadores, entre monitores, educadores, personal de limpieza y cocina".
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