Javier, extemeño afincado desde hace décadas en Cádiz, ha tenido que dar marcha atrás a una salida profesional que era un sueño: tener su propio velero y dar paseos de recreo a turistas en las aguas de Zahara de los Atunes.
En poco más de un mes ha tenido que deshacerse de la embarcación que había comprado por temor a que las orcas la hagan naufragar. Su caso no es el único. En el Puerto de Barbate, apunta, "hay tres o cuatro embarcaciones en varadero, con el timón roto, y otras tantas esperando pieza, como un catamarán enorme y otro de 20 metros de eslora". Las interacciones han ido a más y cada vez con peores consecuencias para quienes navegaban en el Estrecho y la Costa de la Luz.
"En Barbate y Tarifa son comentarios ya habituales. La gente hasta en la playa está al tanto de la presencia de las orcas, las interacciones son constantes", asegura Javier, que aclara que "las orcas no está claro que ataquen, pero sí van al timón, aunque solo sea por juego, por un hábito que han adquirido. Lo cierto es que la gente tiene miedo, incluso gente de la mar les tiene mucho respeto".
Según el Grupo de Investigación Orca Atlántica, en 2020 se observó un nuevo comportamiento (hasta entonces había avistamientos o interacciones sin más), denominado interacción disruptiva, cuando algunos juveniles comenzaron a interactuar principalmente con veleros. Sin embargo, también hubo algunos casos de interacción con embarcaciones de pesca y neumáticas. Se informó que las orcas tocaron, empujaron e incluso giraron las embarcaciones, lo que en algunos casos resultó con daños en los timones".
En tres años se han registrado cientos y cientos de interacciones. 2021 se cerró con 197 interacciones a final del año. En 2022, en la costa atlántica de Marruecos y el Estrecho de Gibraltar, se registraron un total de 207 interacciones. Nadie sabe el porqué de este comportamiento, pero el grupo investigador "confirma la urgente necesidad de acciones específicas basadas en la coordinación internacional entre administraciones, navegantes y científicos para evitar futuros daños a personas, orcas y embarcaciones".
Como ya ocurriera en el verano de 2021, Capitanía Marítima está estudiando los comportamientos de las orcas en aguas de la Bahía de Cádiz y del Estrecho de Gibraltar para determinar si acota "ciertas zonas" y prohibir la navegación de embarcaciones de recreo al ser "zonas de paso" de estos especímenes y evitar de esa manera las interacciones que se están produciendo y que, en ocasiones, provoca numerosos daños en los barcos y riesgo para su tripulación.
Preguntado por los periodistas en Cádiz sobre posibles medidas ante los ataques de las orcas a embarcaciones de recreo, el subdelegado del Gobierno en Cádiz, José Pacheco, ha señalado que Capitanía Marítima, desde el Ministerio de Transporte, "está trabajando" para aclarar si, "como ha pasado en veranos anteriores, son hechos puntuales o parece que van en aumento" y "si es por un tema de juego o realmente son ataques".
Acotar zonas de navegación
"Si Capitanía Marítima lo considera oportuno, empezará con algunas medidas como pasó en veranos pasados de acotar ciertas zonas en las que se prohibía la navegacion porque es zona de paso de orca", ha expuesto el subdelegado del Gobierno, quien ha advertido que es esta entidad la que recomendará qué medidas se ponen en funcionamiento finalmente.
Este pasado lunes a primera hora de la mañana, otras dos personas han tenido que ser rescatadas a cinco millas de Barbate por efectivos de Salvamento Marítimo, después de recibir la embarcación en la que viajaban un impacto de orcas. Solo hay que ver la gráfica en lo que va de año, que publica el Grupo de Investigación Orca Atlántica, para hacerse una idea de la dimensión que han alcanzado las interacciones.
Cabe recordar que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) anunció el pasado mes de mayo que está impulsando el marcaje satelital de seis ejemplares de orcas para minimizar la interacción con las embarcaciones que comenzaron durante el verano y el otoño de 2020, tanto en el Estrecho de Gibraltar como en las aguas de la costa gallega.
En colaboración con la entidad Circe (Conservación, Información y Estudio sobre Cetáceos), el Ministerio compartirá la información obtenida con este marcaje a las administraciones competentes, que la difundirán para conocimiento de los navegantes para tratar de reducir el riesgo de interacción, evitando o minimizando la navegación por dichas áreas
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