Jon Goodwin esperaba este momento con ganas. Compró, por 450.000 dólares, su billete para convertirse en uno de los turistas espaciales que vivirían el primer vuelo comercial de la historia hace 18 años, en 2005. El pasado jueves, este británico de 80 años, ex atleta olímpico con Parkinson, ha podido usarlo.
El Virgin Galactic, despegó a las 17.21 horas con varias personas a bordo. Junto Jon, estaban otras personas afortunadas, Keisha Schahaff, de 46 años, entrenadora de salud y primera astronauta caribeña, y su hija, Anastatia Mayers, de 18 años, estudiante de la Universidad de Aberdeen en Escocia. Ella se ha convertido en la persona más joven que ha estado jamás en el espacio.
El vuelo bautizado como Galactic 02, para el que la tripulación se ha preparado en el desierto de Nuevo Méjico, ha durado 17 minutos, ya que se posó sobre la Tierra a las 17.38 horas tras elevarse hasta los 14.000 metros.
Los pasajeros disfrutaron al máximo de esta experiencia que les permitió contemplar unas vistas inéditas del planeta donde han nacido. Un viaje histórico no apto para todos los bolsillos que ha atraído a otras 800 personas. Este grupo ya tiene su billete para las próximas misiones que la VSSUnity tiene previstas una vez al mes.
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