La industria alimentaria no tiene límites y cada vez es más habitual encontrar en las estanterías de los supermercados productos innovadores que nunca antes se habían planteado. Es el caso de las patatas fritas de bolsa que en los últimos años cuentan con una gran variedad de sabores, desde jamón, cangrejo picante o huevo frito hasta pollo estofado. El tubérculo da mucho juego, y si no que se lo digan a esta compañía de Lituania que se ha arriesgado con un experimento que no ha dejado a nadie indiferente.
Chazz ha elaborado unas patatas fritas dirigidas a mayores de 18 años. ¿Por qué? Porque según asegura la empresa, saben a vagina. Para llevar a cabo su producción se han basado en experiencias propias y de personas cercanas y, además, realizaron una encuesta online para hombres y mujeres en la que solicitaban que aportaran alimentos que les recordaran a ese sabor.
Una vez recopiladas las propuestas, la empresa envió una lista a tres de los mayores fabricantes de especias y saborizantes de Europa y estos le mandaron sus creaciones. A la marca le gustó uno de ellos y no dudó en comercializarlo para sorprender a los consumidores. No es la primera vez que se atreve con sabores insólitos ya que en su oferta cuentan con papas sabor a mejillones, a cóctel de Bloody Mary o a vino blanco. Eso sí, si engachan, no están a la venta por un precio económico. Una bolsa cuesta 9,99 euros.
El curioso producto se ha viralizado en los últimos días ya que los colaboradores del programa de Telecinco, Ya es mediodía, lo mencionaron y, Joaquín Prat, el presentador, se quedó alucinado con el invento. "Será la interpretación que habrán hecho ellos", dudó el comunicador.
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