Lo que me han contado del crimen de Juan Holgado, 28 años después de aquella madrugada en Jerez

Cuatro jóvenes jerezanos, con edades similares a la de Juan cuando fue asesinado, pero que no vivieron aquel 22N de 1995, hablan con lavozdelsur.es sobre lo que les ha llegado de un caso que ha dejado huella en la memoria de la ciudad, sobre todo, por la incansable búsqueda de justicia de los padres del joven asesinado

Jóvenes jerezanos recuerdan el crimen de Juan Holgado, 28 años después. El pasado domingo en el monolito que recuerda al joven.
Jóvenes jerezanos recuerdan el crimen de Juan Holgado, 28 años después. El pasado domingo en el monolito que recuerda al joven. CANDELA NÚÑEZ

A las cuatro de la mañana de aquel 22 de noviembre de hace 28 años todos los sueños de Juan Holgado Castro se esfumaron. Aquella madrugada, este joven de 26 años fue asesinado a puñaladas en la oficina de la gasolinera de Campsa en la avenida Martín Ferrador, en Jerez. Se ha escrito hasta el hartazgo del caso Holgado, pero siempre hay un rescoldo para recordar aquella trágica madrugada en la que no hubo ni testigos, ni cámaras de seguridad. El botín de los asaltantes fue de unas 70.000 pesetas, botellas de alcohol y tabaco. Dinero, priva y cigarrillos que quemarían rápido. 

En cambio, la huella del crimen de Juan quedó para siempre en los poros de la ciudad. Una densa mancha que conmocionó a la ciudad a mediados de los 90. Un episodio criminal que se alojó en la memoria colectiva desde el primer momento, pero que creció conforme se fue ampliando el eco mediático del caso Holgado. Creció la lucha por encontrar a los responsables y también los bulos y las hipótesis sobre un asesinato sin culpables. 

Muchos aún recuerdan en la ciudad el día siguiente de la emisión del primer episodio de la miniserie que Benito Zambrano dedicó en 2002 a este caso. Los comentarios en el instituto, en casa a la hora del almuerzo, entre las vecinas. Ya prescrito, tras casi tres décadas en busca de justicia de sus padres, Antonia Castro y Paco Holgado, la madre coraje y el padre coraje, separados y enfrentados tras la tortura psicológica de casi 30 años sin descanso, este es uno de los 468 crímenes sin resolver en España que la Policía tiene anotados entre 1990 y 2015.

Antonia Castro, madre de Juan Holgado Castro, frente a la tumba de su hijo en el 25 aniversario de su muerte.
Antonia Castro, madre de Juan Holgado Castro, frente a la tumba de su hijo en el 25 aniversario de su muerte.   MANU GARCÍA

Pero, ¿qué saben de lo que pasó los jóvenes jerezanos que ahora, 28 años después, tienen la edad con la que Juan fue asesinado? Cuando pensaba en un nuevo enfoque que mantuviera viva la llama de la memoria de este crimen vil e impune, la fotoperiodista Candela Núñez, que ha reunido los testimonios de los jóvenes que participan en este reportaje, cayó en la cuenta de que ella, que nació dos años después del crimen, tiene ahora la edad con la que Juan fue asesinado. Recuerda vivamente un relato que ha ido pasando de generación en generación en la ciudad, no solo por lo truculento sino por el esfuerzo titánico de sus padres para que no quedara impune. 

No había móviles, no había grandes avances tecnológicos en materia de análisis de ADN, no había esos monos blancos que a menudo pueden verse cuando la Policía Científica accede a la escena de un crimen, no había cámaras de seguridad en las avenidas, entonces había carretes en las máquinas de fotos… "Si matan hoy a Juan Holgado, a los diez días tendríamos al autor en prisión. Casi seguro”, reconocía hace unos años, entrevistado por lavozdelsur.es, Manuel Buitrago, juez instructor del caso, un hombre meticuloso que tuvo que cargar con el peso de la falta de medios de la época para apresar y condenar a los autores materiales de aquella salvajada. “Ahora hay un asesinato y vemos a la Científica vestida con un mono blanco para que no se caiga un pelo. Entonces no existía eso”, aseveraba el magistrado murciano.

Hablar de Juan Holgado con la misma edad que tenía cuando fue asesinado

Junto al monolito con el retrato del chaval asesinado, muy cerca de la gasolinera donde recibió más de 30 cuchilladas, cuatro jóvenes se han reunido una tarde de domingo de noviembre, con un calor impropio para la época del año, para recordar lo que saben del crimen de Juan Holgado. 

Fabiola tiene 27 años, trabaja como marketing manager y nació un año después del crimen que dejó a su ciudad natal en shock. Sergio, con 28 años, es un jerezano que estudia Derecho. Carlos, nacido en 1997, es arquitecto de software. Los tres tienen en común, junto con Candela, que no habían nacido cuando la ciudad amaneció aquella mañana con aquel comentario que corría de boca en boca (lo viral entonces solo era la gripe): “¿Te has enterado de lo que ha pasado en la gasolinera de Martín Ferrador?” La última operación de la caja se registró a las 4:02 de la madrugada, poco antes de que Juan fuera asaltado y acuchillado. Desangrándose durante casi una hora, fue un taxista, al filo de las cinco de la mañana, quien al ir a pagar tras repostar su coche, comprobó que no había nadie para atenderle. 

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Francisco Holgado, en 2015, en la rotonda dedicada a su hijo, antes de emprender una marcha a pie a Madrid pidiendo justicia.   JUAN CARLOS TORO

“Lo que sé de él es que era un trabajador de la gasolinera, le entraron a robar y lo mataron. Luego, el padre me parece que se infiltró entre la gente que lo mató, que creo que vendía droga, y aunque tenía pruebas de quiénes fueron, por cómo las consiguió, creo que no les sirvieron de nada… creo que al final él acabó en la cárcel”, relata Carlos. Paco Holgado, que ha llegado a cortar la vía del tren, ha saltado con una pancarta clamando justicia en mitad de un partido de fútbol, y ha ido andando hasta Madrid para entrevistarse con el ministro de Justicia, puede decirse que, junto a su mujer, fueron quienes acabaron pagando las secuelas del crimen de su propio hijo, enterrados en vida por el dolor de la injusticia.

Sergio y Fabiola tienen recuerdos similares, difusos, de película: “Sí, yo también creo que se infiltró en el mundo de la droga, pero las pruebas que consiguió fueron ilegales”. “Me sumo a lo que comentan ellos, pero sí sé que a él en realidad no le tocaba estar trabajando en ese turno, se lo cambió a un compañero. Yo todo lo que sé es por lo que me han contado mis padres o mis abuelos de la historia, que ha ido evolucionando de generación en generación. Creo que murió por bastantes puñaladas, no sé si fueron 30 y tantas, y luego el padre buscó justicia por su cuenta porque la Policía no hacía nada. También me suena algo de un grupo de flamenco que no quiso declarar para que no se les relacionara con eso”. 

El problema del asunto de Juan Holgado es que se vendió a nivel nacional una idea que no era la real. ¿Cuál era esa idea? Respondió a este periódico el juez Buitrago: “Pues fundamental que si Paco, el padre de Juan, no se mete a disfrazarse y no se mete en ese submundo, no se habría sentado nadie en el banquillo. No es verdad. Cuando Paco hace eso, el sumario está en la Audiencia, hay cuatro personas procesadas, cuatro personas que ingresaron en prisión, la Audiencia puso fianza, tres pudieron pagarla y uno no, y es verdad que ahora es muy fácil, con las series de CSI, y toda esta gente que ve un pelo donde no lo hay porque tiene una vista fabulosa, y ahora tenemos unas técnicas de investigación que entonces no existían. ¿Qué hubiéramos querido nosotros? Encontrarnos el DNI del asesino en el suelo. ¡Hombre, por Dios! Entonces el ADN no estaba tan avanzado como ahora”.

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Protesta en el Arenal pidiendo que los crímenes no prescibran.   MANU GARCÍA

“Lo que hicimos fue montar un puzle. Y con ese puzle, se procesaron a cuatro personas, se las puso en prisión, recurrieron, la Audiencia les permitió una fianza, y si luego ese puzle se desmonta en la Audiencia porque el testigo que ha dicho esto, allí va y dice que no se acuerda y que lo que dijo lo diría porque en aquella época estaba enganchado en la cocaína, y no sé qué… Como le dije al primer abogado que llevó la acusación particular, Juan Pedro Cosano, cuando la primera absolución —porque hubo dos juicios, ya que el Tribunal Supremo ordenó repetirlo—, si lo poco que he leído en la prensa es lo que ha pasado en la sala de vistas de la Audiencia, yo habría absuelto”.

Desmontando bulos sobre el crimen de Juan Holgado

El juez Buitrago, al que curiosamente nunca le llamaron para participar en el guion de la miniserie sobre el caso, conoce la instrucción de pe a pa. A lo largo de los años, cargando en silencio con las injurias que sobre él se vertieron, se ha ido encargando de desmontar bulos y leyendas urbanas que han ido corriendo sobre el crimen y que, como pueden oírse tantos años después por boca de jóvenes que ni habían nacido, se han quedado en algunos casos grabadas a fuego. "Juan no muere de veintitantas cuchilladas, no es cierto. Eso también es un bulo. Juan tenía muchos cortes superficiales, y tenía algún pinchazo con un poco de profundidad pero no en sitios vitales. Lo más gordo que tiene sí es una cuchillada bastante profunda en el cuello y por ahí se fue desangrando. El forense lo dijo: murió desangrado”. Tampoco fue un ajuste de cuentas. “Parece ser que los que lo hicieron lo que pretendían era saber dónde se guardaba el dinero, porque en la caja registradora había unas 70.000 pesetas. Pero había una habitación, con una rendija, donde ellos, cada vez que había unas 100.000 pesetas, debían meterlas por ahí en un sobre. A esa habitación no pudieron entrar. Aquello fue una especie de interrogatorio y yo creo que si tenía una clave esa habitación, Juan no la sabía”. 

Escena del crimen de Juan Holgado, fotografiada por Esteban Pérez. Y una imagen del joven asesinado en la portada que publicó el día después el rotativo local 'Información Jerez'.
Escena del crimen de Juan Holgado, fotografiada por Esteban Pérez. Y una imagen del joven asesinado en la portada que publicó el día después el rotativo local 'Información Jerez'.

Tampoco fue una equivocación por haber cambiado el turno a un compañero, ni que Juan, como también ha ido rumoreándose, estuviera metido en un lío turbio. “La familia insistió mucho en que aquello era una equivocación en el sentido de que había un empleado de la gasolinera que le tocaba el turno de noche y que parece que este estaba metido en algún asunto turbio y que pudieran ir a por él y por error se cargaron a Juan. Eso, que incluso se deja caer en la película, no responde a la realidad que a mí me plantean”, dice Buitrago. Campsa me dice que esa persona ya llevaba un tiempo en Valladolid, que es verdad que le hubiese tocado trabajar aquella noche, pero que no era un cambio de turno. Se rehicieron hacía tiempo todos los turnos. Por otro lado, si eres un sicario y vas en busca de alguien, o llevas una foto de ese alguien, o llegas, entras con la excusa de comprar una chocolatina, y dices: hola, Fernando (nombre ficticio), qué hay… y dice el otro: perdonayo no soy Fernando, yo soy Juan, aquí había un Fernando, hemos rehecho los turnos y ya no está, mira el nombre que pone en mi placa. Eso se cae por su peso. Hubo otro individuo que llegó más tarde, que se decía amigo de Juan, al que se le ocurrió decir que él había escondido dos kilos de cocaína y que Juan había dicho que conocía los escondites de Jerez para guardarlos. Luego resultó que este individuo estaba un poco mal de la cabeza y, aparte, qué es eso de los escondites de Jerez, ¿tienes dos kilos de cocaína para esconder, con lo que vale eso? No había ningún elemento en la vida de Juan, en su economía, ni en la de su novia que pudiera decir que estuviera metido absolutamente en nada de eso”.

30 años después de la tortura y crimen de las niñas de Alcàsser, Antonio Anglés, el principal acusado, sigue en paradero desconocido. Casi década y media después del crimen de Marta del Castillo, su cuerpo no ha sido encontrado y el principal acusado, Miguel Carcaño, en cuya chaqueta se encontró sangre de Marta del Castillo, ha ofrecido a las autoridades hasta siete versiones diferentes de aquella noche en León XIII. La desgracia, la tragedia y la mala suerte se miran de frente en ocasiones en las que no solo se sufre un crimen horrendo, sino que éste queda impune. Asumirlo por los familiares directos es claramente imposible y los demás no podemos más que intentar que la memoria de las víctimas no caiga en el olvido. 

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Carlos, Fabiola y Sergio recuerdan el crimen de Juan Holgado, en la rotonda con el monolito en Jerez.   CANDELA NÚÑEZ

"Un antihéroe jerezano"; "la madre que todos conocen"

Yo lo busqué por internet porque no sabía en verdad quién era; me leí lo básico de la historia. Ahora es un punto de encuentro, un sitio en Jerez donde los jóvenes quedamos para ir a algún lado… nos vemos en la gasolinera de Juan Holgado… y me dio por ver quién era”, asegura Carlos. A su lado, Fabiola también rememora el impacto de ver pancartas con el lema ‘Justicia para Juan Holgado’, lo que activó su curiosidad. “Una vez pregunté por eso y mi madre, que se crio con él en el mismo barrio, me estuvo contando. Al final, todas las familias en Jerez conoce el caso y ha ido trasmitiendo de generación en generación lo que pasó. Pero yo no conocía ni la serie, ni lo de padre coraje”. “Supongo que se llama así porque se infiltró en los bajos fondos de Jerez… fue un padre que estuvo luchando hasta el final al no encontrar respuestas”, aporta Sergio. “Tuvo mucha valentía para hacer eso, no sé si alguien hace eso por un hijo. Un antihéroe jerezano”, añade Carlos, que recuerda cómo su madre siempre le solía decir cuando se la cruzaban por la calle: “Ahí va la madre de Juan Holgado…”.

La conversación entre los cuatro jóvenes se va agitando. “A la larga se irá perdiendo esta historia, han pasado 28 años, es la edad que tenemos, y creo que una cosa así nunca se resolverá”. “A lo mejor los que lo hicieron murieron por la droga o se han reformado… pero sí es verdad que todas las huellas se tomaron mal, hubo muchos errores”. “Quiero confiar en que algo así no ocurriría hoy, ni por los medios tecnológicos que hay, ni por la propia formación de la Policía para capturar a los criminales”.  

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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