Gioconda Belli: "Los intelectuales debemos criticar al poder. En Nicaragua gobierna un tirano"

La poeta y novelista nicaragüense, exiliada en España, lamenta la deriva autoritaria del sandinismo del que formó parte y hace un alegato a la esperanza: "Hemos separado mucho la vida privada de la pública"

Gioconda Belli posa para lavozdelsur.es en el Palacio de Congresos de Cádiz, sede del IX Congreso Internacional de la Lengua Española.
Gioconda Belli posa para lavozdelsur.es en el Palacio de Congresos de Cádiz, sede del IX Congreso Internacional de la Lengua Española. GERMÁN MESA

Encontrarse con Gioconda Belli (Managua, Nicaragua, 1948) es sonreír a la vida. Es media mañana, y la escritora nicaragüense responde alegre a uno de los gráficos acreditados en el IX Congreso Internacional de la Lengua Española de Cádiz. "Nicaragüense, soy nicaragüense" insiste aun con la pesadumbre que pudiera producirle la situación actual de su país y el hecho de que haya sido despojada de su nacionalidad —tiene la italiana y aceptó la chilena por ofrecimiento del presidente Gabriel Boric—. "No reconozco la autoridad de Ortega, no me importa", aclara sobre el presidente de su país, responsable primero de que se la hayan quitado junto a casi un centenar de nicaragüenses críticos con la deriva autoritaria del país que ha protagonizado escalofriantes episodios, como la masacre del Día de las Madres de 2018. 

La poeta y novelista recibe a lavozdelsur.es encantada con los debates literarios y lingüísticos que han tenido lugar en torno al congreso estos días. "Es hermosísimo ver la cantidad de perspectivas que hay, en arte, poesía, literatura... y el análisis que te muestran de cómo se usa la lengua española", comenta. "Cádiz me pareció lindo, bellísimo". La autora, que vivió durante varios años de su infancia en un internado en la capital de España ha residido en Estados Unidos, Costa Rica, México, Nicaragua, y desde el pasado 1 de febrero de 2022 de nuevo en Madrid.

"En Nicaragua ya no existe separación de poderes, pero tampoco sistema de justicia"

Hace un mes rompió el pasaporte nicaragüense en directo, mientras le hacían una entrevista en el Canal 24 horas de RTVE. ¿Qué quería decirle a los españoles y al mundo?
Hice eso después de que el gobierno de Daniel Ortega nos quitara la nacionalidad a 94 personas. Nos expropió, nos desterró, sacó un comunicado diciendo que éramos traidores a la patria. La idea de mi acto es decir que ese pasaporte no me hace a mí nicaragüense. Mi nicaragüidad no me la quita ese acto arbitrario, ilegal, del actual presidente de Nicaragua, que se ha convertido en un tirano. El gobierno de Ortega ha apresado personas sin juicio y cometió una matanza en 2018. Mi intención es no reconocer la autoridad de este señor para decir que no soy nicaragüense. Soy nicaragüense, mi nacionalidad la llevo conmigo y por eso puedo romper el pasaporte. Ellos van a pasar a la historia como tiranos. Yo lo haré como poeta.

Fue el Tribunal de Apelaciones de la Circunscripción Managua quien la calificó como "traidora a la patria"...
Sí, y fue algo absurdo. Ni nos llamaron para acusarnos, ni presentaron pruebas, ni nos dieron oportunidad de defendernos ni de nada. O sea, es una cosa tan arbitraria (...) lo que buscan es satisfacer sus propios intereses y esa obsesión que tienen. En 2018 iniciaron una persecución.
Gioconda Belli ha participado en varios encuentros del IX Congreso Internacional de la Lengua Española que se ha celebrado esta semana en Cádiz.
Gioconda Belli ha participado en varios encuentros del IX Congreso Internacional de la Lengua Española que se ha celebrado esta semana en Cádiz.    GERMÁN MESA
El gobierno nicaragüense de Daniel Ortega ha quitado la nacionalidad a 94 personas, incluyendo Gioconda Belli acusándoles de "traidores a la patria".
El gobierno nicaragüense de Daniel Ortega ha quitado la nacionalidad a 94 personas, incluyendo Gioconda Belli acusándoles de "traidores a la patria".    GERMÁN MESA

"Traidores a la patria". ¿Es la patria de Ortega la patria por la que usted luchó hasta 1979?
No, precisamente porque luchamos por otra patria. Empecé en mi juventud en la Revolución Nicaragüense, vi morir a tanta gente, tantos amigos... por eso es todavía más ofensivo que pretendan quitarnos la patria cuando él ha hecho de la patria un feudo. Daniel Ortega actúa como un rey absoluto. En Nicaragua ya no existe separación de poderes, pero tampoco sistema de justicia. Su gobierno ha destruido toda la institucionalidad democrática.

Somoza y Ortega seguro que hoy están en los libros de historia de su país. Usted está en los de Literatura y dijo en aquel alegato que seguirá estándolo. No obstante, como poeta. ¿Cómo puede deconstruir la izquierda el relato de la Revolución Sandinista 44 años después? ¿Qué falló?
La revolución sandinista fue fantástica. Fue una épica heroica que derrotó un tirano. No lo derrotó Daniel Ortega. A Daniel Ortega lo asignaron a última hora una representatividad entre nueve personas que había en la Junta de Gobierno. Pero es como preguntarle a Gregorio Samsa [de La metamorfosis de Kafka] cómo fue que amaneció convertido en una cucaracha.

Dice en un poema ¿Qué sos, Nicaragua?¿Qué sos, para dolerme tanto? Usted fue siempre muy crítica con el poder, también con el sandinista cuando formó parte del Gobierno en los años 80.
Decirle la verdad al poder es bien difícil y es un riesgo grande, pero creo que los intelectuales tenemos una responsabilidad aún mayor de poder y hacer la crítica. Si no haces la crítica, estás dejando pasar todos los errores que se pueden cometer. El hecho de criticar no necesariamente quiere decir descartar. En el caso de Ortega sí, y ya es súper obvio a todos los niveles de maldad. Las cosas se han hecho muy mal.

"Gramsci era muy claro, cuando no se critica, cuando los intelectuales pierden su función, no hay quien reproduzca la ideología y se convierte en propaganda"


¿Hay suficiente espíritu crítico en las izquierdas para censurar a gobiernos como el de Daniel Ortega? Parece que líderes como Gabriel Boric, que le ha ofrecido la nacionalidad chilena, sí lo están.
A la izquierda le cuesta mucho, sí. Tiene una visión de sí misma de que es dueña de la verdad, de que está en contra de todos los poderes, incluido todo lo crítico. Tiene una actitud muy religiosa, entonces es como que cuestionas a Dios. Siempre he dicho que quiero una izquierda crítica, que se autoevalúe, que sea capaz de reconocerse para aceptar la crítica. En eso Gramsci era muy claro, cuando no se critica, cuando los intelectuales pierden su función, no hay quien reproduzca la ideología y se convierte en propaganda.

Estas cosas no tendrían por qué suceder en Faguas con el Partido de la Izquierda Erótica, como cuenta en El Pais de las Mujeres (2010). Aunque hay quien se resistiría, y cometería alguna atrocidad...
(Ríe) Pero no son ellas quien lo hacen...

Claro, ellas no. Por eso mismo... en un mundo de hombres, ¿qué opina sobre eso de feminizar la política? 
Mira, creo mucho en el feminismo en la política porque creo que las mujeres deben tener una mayor participación. Es increíble que el 52% de la población mundial, el porcentaje de mujeres en este mundo, se vea tan poco representado en las instituciones políticas. La presencia de la mujer cambia la perspectiva de la política, sobre todo porque hemos separado mucho la vida privada de la vida pública. Hay tanto problema en ese sentido.

Una guerrillera feminista que puso en el centro a la mujer como sujeto que siente, goza y hace política

El primer poemario de Gioconda Belli Sobre la grama (1972), Premio Mariano Fiallos Gil de Poesía de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, desnudó y empoderó a la mujer, hablando del cuerpo y la sexualidad en un momento en el que el acento protagonista siempre se ponía sobre el placer del hombre.  

Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo

Sobre la grama (1972). 
Gioconda Belli.

Entre su obra poética destacan numerosos títulos, como Línea de Fuego (1978), Premio Casa de las Américas de Poesía, De la costilla de Eva (1986), la antología El ojo de la mujer (1991), Eva advierte sobre las manzanas (2014), y El pez rojo que nada sobre el pecho (2020), una obra reciente que se llevó el Premio Gil de Biedma de Poesía. En cuanto a su narrativa, lectura de cabecera para muchas mujeres feministas, destacan obras como La mujer habitada (1988), Waslala (1996), El infinito en la palma de la mano (2008), Premio Biblioteca Breve de Novela y Premio Sor Juana Inés de la Cruz, y El País de las Mujeres (2010), donde ofrece una utopía en el que el Partido de la Izquierda Erótica llega al poder. 

En su memoria autobiográfica El país bajo mi piel, memorias de amor y de guerra (2001) narra su particular lucha contra la larga dictadura de Anastasio Somoza durante la revolución, en la que participó activamente como guerrillera, exiliada y luego como parte del gobierno sandinista, así como su vida familiar, con tres maridos y cuatro hijos. 


Ha explorado ampliamente la sexualidad femenina en sus obras. En 1972 recibió fuertes críticas al publicar Sobre la grama, donde situó a la mujer como sujeto de la sexualidad y no como objeto. ¿Cómo lo recuerda?
Recuerdo que me asustó que hubiera sido tan escandaloso cuando veía que muchos hombres decían y hablaran de lo mismo. El escándalo fue que lo dijera una mujer. 

Parece que la sexualidad molesta solo si es femenina.

Así es, y creo que sigue molestando. A mí me impresiona que todavía digan que soy poeta erótica y todo eso, cuando ha pasado mucho tiempo y ha cambiado mucho el mundo. Las mujeres ya son mucho más activas, más presentes, más afirmativas. 

"Todas las mujeres tenemos la experiencia compartida de ser mujer"


Han pasado 50 años e imagino que las cosas han cambiado bastante, pese a las reticencias reaccionarias de algunos actores y sujetos. ¿Cómo ve los nuevos feminismos y el movimiento feminista en la actualidad?

Creo que no hay que enrredarse con el feminismo, el feminismo siempre ha sido controversial dentro del mismo feminismo porque hay mucha discusión. Eso es parte del feminismo. La gente cree que el feminismo se está diviendo siempre, pero no es así, sino que hay mucha discusión interna y eso es muy bueno a mi manera de ver. Otra cosa es que a mí me parece que hay que ser más comprensiva. Todas las feministas tenemos que ser más comprensivas porque hay cambios que están pasando que son muy violentos para mucha gente. Hay que tener en cuenta que hay cosas que se tienen que mover, y es necesario que pase el tiempo con gradualidad. Es muy importante tener en cuenta esa gradualidad. A la gente se le demanda un cambio muy grande de perspectiva. 

La poeta y novelista nicaragüense fue pionera al hablar de la sexualidad femenina en 'Sobre la grama' (1972)
La poeta y novelista nicaragüense fue pionera al hablar de la sexualidad femenina en 'Sobre la grama' (1972).    GERMÁN MESA
Gioconda Belli reside en Madrid como exiliada desde hace algo más de un año.
Gioconda Belli reside en Madrid como exiliada desde hace algo más de un año.    GERMÁN MESA
En su obra La mujer habitada (1990) cuenta cómo una joven latinoamericana viaja a Europa para estudiar y regresa a su tierra con objeto de luchar por la independencia de la mujer, enlazándolo con resistencia indígena. ¿Se ve reflejada de alguna forma en sus obras?

Especialmente en La mujer habitada, ya que fue mi primera novela. Esa lucha interna que tiene Davinia, la protagonista, fue una lucha que yo subjetivamente la viví, aunque la historia es bien diferente. Dicen que toda novela es autobiográfica y esa lucha que ella lleva a cabo tiene que ver conmigo. Quizá también influye el hecho de que sea indígena, aunque suceda en épocas muy diferentes y con distancia. Tal vez sea porque todas las mujeres tenemos esa experiencia compartida de ser mujer. 

No sé cuándo llegará el día en el que los libros de historia de su país, como decía antes, recuerden a Ortega como un tirano. Tampoco sé cuándo llegará el día en el que algunas historias de resistencia y utopía pasen de la ficción a la realidad. ¿Tiene esperanza de cambio?
Sí, por supuesto. El problema es que los cambios son cambios graduales. Queremos que los cambios lleguen muy rápido, pero todo proceso es una construcción que toma tiempo. Estoy viendo a [Gabriel] Boric [presidente de Chile], estoy viendo a [Gustavo] Petro [presidente de Colombia] y veo una actitud diferente en la izquierda, que me da esperanza para que podamos tener una izquierda más sabia, que sea democrática. Una nueva izquierda latinoamericana y mundial que aprenda a recibir la crítica de una manera que se tome las cosas menos a la defensiva, y que busque incorporar la opinión de los demás en lo que están haciendo.

En este IX Congreso Internacional de la Lengua Española de Cádiz dijo su compatriota Sergio Ramírez —voy a llamarle compatriota, pese a que el gobierno nicaragüense les haya quitado la nacionalidad—, "la lengua no se la pueden quitar a nadie porque es la patria de cada uno". A la palabra no se le puede quitar la nacionalidad, ni se le pueden poner cadenas...

Yo pienso exactamente igual. Para mí, todo el tiempo que he vivido fuera de Nicaragua, la patria ha sido la lengua. Nunca he escrito en inglés aunque viví bastantes años en Estados Unidos. El español es mi lengua y para mí el español es donde yo siento que tengo mi casa. Ahí está mi casa.

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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